José Carlos Bermejo

Dios se humaniza, ¡Feliz Navidad!

"Cuento contigo para amasar el pan de la humanización"

Dios se humaniza, ¡Feliz Navidad!
José Carlos Bermejo, director del Centro de Humanización de la Salud RD

Hay que amasar el pan todas las semanas, de todos los meses, de todos los años, sin pensar que habrá que amasar el pan todas las semanas de todos los meses de todos los años: hay que amasar el pan como si fuera la primera vez

(José Carlos Bermejo, director general del CEHS).- Te deseo Feliz Navidad. Renuevo contigo el deseo de «trabajar haciendo pan»: algo tan noble y cotidiano, tan entrañable y que evoca tanto lo profesional como lo familiar y hogareño. Algo que necesita proceso, empeño, andar temprano y adelantarse, para tenerlo dispuesto y que no falte sobre las mesas tan variadas de la vida.

Cuento contigo para amasar el pan de la humanización, porque hay que amasar el pan con brío, con indiferencia, con ambición, pensando en otra cosa, pensando en el pan. Hay que amasar el pan en días fríos y en días de verano, con sol, con humedad, con lluvia. Hay que amasar el pan sin ganas de amasar el pan. Hay que amasar el pan con las manos, con la punta de los dedos, con los antebrazos, con los hombros, con fuerza y con debilidad y con resfrío. Hay que amasar el pan con tristeza, con recuerdos, con el corazón hecho pedazos, con los muertos a las espaldas o al lado. Hay que amasar el pan pensando en lo que se va a hacer después.

Hay que amasar el pan con harina, con agua, con sal, con levadura, con manteca, con sésamo, con amapola. Hay que amasar el pan con valor, con receta, con improvisación, con dudas. Con la certeza de que saldrá bien, con la incertidumbre de que puede salir mal. Hay que amasar el pan con pánico a no poder hacerlo nunca más, a que se queme, a que salga crudo, a que no le guste a nadie. Hay que amasar el pan arriesgando por humanizar en medio de confusiones sobre lo que signifique.

Hay que amasar el pan todas las semanas, de todos los meses, de todos los años, sin pensar que habrá que amasar el pan todas las semanas de todos los meses de todos los años: hay que amasar el pan como si fuera la primera vez. Hay que amasar el pan con cansancio, con empeño como si todo estuviera al fin por empezar. Hay que amasar el pan para vivir, porque se vive, para seguir viviendo, para hacer un mundo más humano.

Es eso lo que deseo seguir haciendo: contribuir al desarrollo humano, a la humanización, amasando el pan en la cotidianeidad de lo que pueda hacer también contigo. Busco promover el desarrollo como profesionales de la salud, de la intervención social y de la educación, para acompañar procesos de sanación.

Al felicitarte la Navidad este año, cuento contigo para poner «las manos en la masa» en la «panadería San Camilo«, inspirándonos en Jesús de Nazaret, referente humanizador por excelencia.

Un abrazo y ¡Feliz Navidad!

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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