Se reabre el debate del origen de las arcadas de Mas del Vent

Diez años para concretar que en Salamanca se fabricó el claustro de Palamós

La coclusión del grupo de expertos ha sido "coral": proceden del antiguo claustro de la Catedral Vieja de Salamanca, datado en el siglo XII

Diez años para concretar que en Salamanca se fabricó el claustro de Palamós
Presentación del estudio sobre el claustro

No es una polémica nueva, ni un debate que vaya a quedar zanjado, pero el libro pone de manifiesto "demasiadas evidencias" que llevan a decir, con rotundidad, que "lo conservado procede de Salamanca, de las canteras de Villamayor

Diez años de investigaciones y análisis científicos han llevado a un grupo de investigadores, coordinados por el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Girona, Gerardo Boto, a concretar que el claustro de Palamós procede del claustro de la Catedral Vieja de Salamanca, del siglo XII.

Entre las conclusiones de este grupo de expertos, plasmadas en el libro «Salamanca, Ciudad Lineal, Palamós. Las arcadas claustrales de Mas del Vent» presentado este lunes en la Universidad de Salamanca, se concreta que una gran parte de las piezas del claustro de Palamós son del siglo XII, como 19 de sus 44 capiteles, además del 37 por ciento de las molduras que rematan los capiteles y de una buena parte del zócalo.

Han sido años de investigación, de trabajo de campo, hasta que de forma «independiente», con argumentos «planteados desde diferentes perspectivas», se ha llegado a la conclusión «coral» de que las arcadas que están en una propiedad privada de Palamós (Girona) proceden del antiguo claustro de la Catedral Vieja de Salamanca, datado en el siglo XII, según ha señalado el profesor Boto Varela.

No es una polémica nueva, ni un debate que vaya a quedar zanjado, pero el libro pone de manifiesto «demasiadas evidencias» que llevan a decir, con rotundidad, que «lo conservado procede de Salamanca, de las canteras de Villamayor -de piedra arenisca- y que una gran parte de lo que está en Palamós se labró aquí», en el municipio salmantino que ha hecho famosa a su piedra, con la que se han construido los monumentos de Salamanca.

De hecho, en noviembre de 2014 la Generalitat de Cataluña dejó claro, en un informe, que el claustro de Palamós no era románico, sino una recreación moderna, basándose en la idea de que no había fuentes de ningún tipo que reconocieran su autenticidad.

Sin embargo, con el libro «Salamanca, Ciudad Lineal, Palamós. Las arcadas claustrales de Mas del Vent» se reabre el debate del origen de las arcadas, después de que un grupo de expertos y profesores hayan vuelto a concluir que «el origen está en la Catedral Vieja de Salamanca».

En los primeros años del siglo XXI llegaron a manos del profesor Gerardo Boto fotografías de una finca particular de Palamós, con unas arcadas que, a primera vista, parecían románicas y formadas por unas piedras de difícil localización en esa zona del país.

Esa «casualidad» fue la que movió la investigación posterior, la que llevó a Gerardo Boto a preguntarse qué hacían esas piedras ahí, cuál sería su origen, a qué época histórica correspondía y dónde se habrían localizado.

Todas estas dudas llevaron al director del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Girona a comenzar a buscar respuestas y empezó a viajar, a indagar, a rebuscar y a investigar.

Todo le llevaba al mismo lugar: al municipio de Villamayor en Salamanca, por el tipo de piedra y por las características de la construcción.

«Tras exámenes de las evidencias que teníamos, se llegó a una conclusión inequívoca, sobre la que no cabía discusión: era de piedra arenisca de Villamayor«, ha señalado este lunes en rueda de prensa el profesor Boto.

Es tal la contundencia con la que se reconoce su origen, que el libro concluye con la idea de que 19 capiteles de los 44 que componen el conjunto -el 43 por ciento del total-, 10 cimacios, el relieve heráldico y los bloques del zócalo son de una antigüedad que «es compatible con el complejo horizonte artístico del siglo XII y del XIII en la capital charra».

También se recuerda que hay cuatro vigas medievales en el Museo Catedralicio de Salamanca, procedentes del claustro de la Catedral Vieja de Salamanca, que coinciden con las medidas de las arcadas de Palamós.

Para atestiguar esta teoría, incluso, se revela que fue en 1785 cuando se desmontó el claustro de la Catedral Vieja, que las piedras pudieron estar almacenadas en el actual edificio del Obispado, conocido como Calatrava, y que fue en 1917 cuando el obispo salmantino Julián de Diego autorizó su venta a un intermediario que las llegó a tener montadas en un solar de Ciudad Lineal (Madrid).

Y de allí a la finca Mas del Vent, llevadas en 1958 por el industrial alemán Hans Engelhorn.

Y tuvieron que pasar más de 50 años para que se comenzara a preguntar el origen de las arcadas. Y es ahora cuando se empieza a cerrar la teoría de la Catedral Vieja de Salamanca, aunque la polémica no concluirá con este tomo, editado por la Universidad salmantina.

RD/Agencias

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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