Vistos los casos de los 450 curas y diáconos firmantes de la «Declaració sobre el Referèndum d’Autodeterminació» del 1-O, las iglesias convertidas en atalayas políticas, las cartitas nacionalistas de los obispos locales, los altares y pesebres profanados con urnas y cubanas, un afiche con letras amarillas no parece una buena idea.
Ciertamente, la campaña de la Iglesia para marcar la «X» en la casilla de la Renta de este año irrita a los católicos en Cataluña. «Juntos X un mundo mejor» es el lema escogido para esta iniciativa.
En Cataluña este cartel aparece con el lema traducido, «Junts X un món millor«, que se asemeja a los carteles electorales utilizados por las formaciones independentistas, como JxCAT, en anteriores elecciones.
La campaña de la Iglesia Católica «Junts x un món millor» usa letras amarillas sobre un fondo azul. El amarillo es el color escogido por los separatistas catalanes en apoyo a los golpistas presos y huidos. Lo que refuerza esta comparación.
Este hecho ha provocado multitud de críticas entre los fieles, especialmente entre aquellos católicos catalanes que desde el 1-O se muestran hartos del apoyo de parte de la Iglesia catalana a la independencia de la región y de los presos golpistas que están siendo juzgados en el Tribunal Supremo.
Son numerosas las parroquias adornadas, en la fachada y en ocasiones en el interior, con símbolos en apoyo al referéndum ilegal del 1-O. Hasta en varias celebraciones religiosas se ha pedido rezar por los ex dirigentes separatistas encarcelados.
El apoyo de parte de la Iglesia catalana al secesionismo provoca que cada vez sean menos los fieles que deciden marcar la «X» de la casilla de su declaración de la Renta para ayudar económicamente a la institución.
