Afán de superación. Un grupo de 16 jóvenes de la Fundación Síndrome de Down de Madrid han conseguido llegar a la meta del Camino de Santiago después de recorrer los últimos 113 kilómetros del recorrido.
Todos los participantes llegaron a los pies de la Catedral, en la plaza del Obradoiro, donde vivieron un momento muy emotivo al ser recibidos por sus familiares, que se desplazaron hasta allí para disfrutar de un día junto a los suyos en la capital gallega.
Este grupo de jóvenes, acompañados por seis personas de apoyo, iniciaron su peregrinaje el pasado 5 de julio de 2019 en Sarria, localidad lucense desde la que arrancaron esta nueva edición.
Durante nueve días, los peregrinos recorrieron una media de 13 kilómetros por etapa, excepto la que separaba Arzúa de Pedrouzo, que llegaba a los 19,6 kilómetros.
Al llegar, el grupo acudió a la Iglesia de San Agustína para asistir a la Misa del Peregrino. Todos sellaron su acreditación en el patio de San Martín Pinario y recogieron la ‘Compostela’, dando por finalizada esta nueva edición del Camino de Santiago.
Durante las dos últimas etapas del Camino Francés, los peregrinos han estado acompañados por un grupo de voluntarios de OHL y Fundación Adecco, que se unieron el jueves 11 de julio.
A su llegada, Alberto Torremocha, uno de los peregrinos de Down Madrid, ha destacado que tenía «muchas ganas de poder llegar por fin a Santiago», después de unas jornadas en las que –ha dicho– se divirtió mucho.
«Me lo he pasado muy bien y sobre todo, me siento muy orgulloso de mí mismo por haberlo conseguido», ha asegurado.
Por su parte, Francisco Arias, voluntario de OHL que lleva ocho años participando en esta iniciativa ha señalado que su objetivo «siempre es el mismo, convivir con ellos y darme cuenta de que todos somos iguales y de esta forma debemos tratarlos».
«Además, me gusta contar en el trabajo y a mi familia esta experiencia para hacer ver a los demás todo lo que he vivido y hacerles ver que es posible la inclusión de las personas con discapacidad intelectual», ha enfatizado.
Asimismo, Alfredo Catalán, de Fundación Adecco, ha apuntado que «sumar la fuerza del voluntariado corporativo de OHL con la energía de acción de Down Madrid mejora la vida de las personas y hace una sociedad más inclusiva y sin etiquetas y en el Camino se demuestra que todos somos iguales y todos aportamos para el beneficio común».