El monje independentista lamenta el daño hecho por un depredador sexual en la Abadía de Montserrat

El abad Josep Maria Soler se compromete a proteger a los menores de los abusos

El abad Josep Maria Soler se compromete a proteger a los menores de los abusos
El abad de Montserrat pide perdón por los abominables hechos. EP

Un escándalo que ha sacudido el centro telúrico del nacionalismo catalán. El abad de Montserrat, Josep Maria Soler, pidió públicamente perdón este domingo –8 de septiembre de 2019– por los abusos sexuales a menores cometidos por religiosos en el monasterio.

En su primera homilía dominical después del informe de la comisión independiente que ha ratificado la existencia de abusos, Soler admitió que «los mecanismos de prevención y control» fallaron. Un religioso de la Abadía abusó durante casi tres décadas de un número indeterminado de menores con total impunidad y sin que el monasterio actuase contra él, reza el informe.

El monje independentista confirmó lo que ya había anticipado el portavoz del Monasterio de Montserrat, que formó parte –con voz pero sin voto– de la comisión de expertos encargada de investigar los hechos: que la Abadía hace suyas las conclusiones del informe.

Ese documento es demoledor respecto a uno de los monjes, el fallecido Andreu Soler, al que se califica como un «pederasta» y un «depredador sexual».

El informe también critica que los distintos abades al frente de Montserrat no actuaron contra él, se ignora si por desconocimiento o por ocultación deliberada.

En todo caso, había «rumorología suficiente» como para haber al menos concertado una reunión en torno a las actividades de un monje que, durante 40 años, dirigió la agrupación scout católica Els Nois de Servei de la Abadía.

«Quiero expresar, en nombre de los hermanos de la comunidad, nuestra consternación en conocer el mal que se hizo a las víctimas de los abusos», afirmó el abad en la homilía.

Josep Maria Soler condenó cualquier clase de abuso a menores y expresó su «compromiso de luchar con firmeza contra una problemática tan grave que afecta a toda nuestra sociedad», como ya afirmó el monasterio en un comunicado el pasado viernes tras hacerse público el informe de la comisión.

El abad repitió, «si cabe con más intensidad», el perdón que ya solicitó el pasado 3 de febrero en una homilía. Aquel día, diversas víctimas de abusos sexuales por parte de clérigos se concentraron a las puertas del monasterio para pedir «transparencia y depuración de responsabilidades» tras las denuncias dadas a conocer por la prensa.

Una de esas víctimas, Miguel Hurtado, abanderó el movimiento y animó a otros menores de la agrupación scout a denunciar los abusos cometidos por el monje Soler entre 1972 y 1999.

Ayer, el abad de Montserrat volvió a ponerse a disposición de las víctimas y sus familias para acompañarlas en su «sufrimiento y recuperación», si lo desean.

También se comprometió a mejorar y aumentar «en un plazo breve» los mecanismos de protección de menores que ya existen en Montserrat.

El abad Josep Maria Soler fue uno de los miembros de la comunidad monástica entrevistados por la comisión de investigación, constituida el 24 de enero e integrada por la abogada Cristina Vallejo, el médico Xavier Pomés y la psicóloga Begoña Elizalde.

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