Rechazo categórico. El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, replicó este viernes 13 de septiembre de 2019 a Vox, que reclamó el jueves la construcción de un «muro infranqueable» en la frontera de Ceuta y Melilla con Marruecos, alegando que «el mundo no se arregla construyendo muros, sino haciendo puentes» e invitando a «hacer casas, no fortalezas» con puertas para que se pueda «pasar de una habitación a otra».
La formación de Santiago Abascal presentó en el Congreso una Proposición No de Ley (PNL) con medidas para combatir la inmigración irregular. Entre otras, la construcción de un muro en la frontera de Ceuta y Melilla con Marruecos cuyo «grosor, resistencia y altura lo hagan impenetrable e infranqueable».
Este viernes se encontró con una réplica inesperada, la del cardenal Osoro. «El mundo se arregla no construyendo muros, sino haciendo puentes, y esto no es buenismo, es lo que me sale de la conciencia misma de mi ser cristiano y de mi ser pastor», afirmó el arzobispo de Madrid. Osoro hizo estas declaraciones en la presentación del encuentro internacional Paz sin fronteras, que se celebra en Madrid desde mañana hasta el martes, cuando fue preguntado por las propuestas de Vox.
El purpurado abogó por hacer «casas, no fortalezas». Aunque otra cosa sea ver cuáles son «las reglas del juego para caminar por la casa», matizó, «yo opto por la casa». La misma opinión expresó cuando fue preguntado por la posición de los gobiernos europeos frente al reto migratorio: «La casa es el lugar donde se reúne la familia, y en la familia hay de todo, niños, jóvenes, matrimonios, más listos y menos listos, pero todos se sienten a gusto y se les busca el lugar más oportuno para que se construyan como personas».
«¿Estamos dispuestos todos juntos a hacer casa, donde nadie sobra y somos necesarios todos, donde no se mide a la gente por el rasero de la idea que yo tengo, sino por la que tiene Dios del ser humano, que es que todos somos iguales?», se preguntó Osoro. «No es poesía lo que he dicho, es necesario que esto alcance el corazón de nuestra vida», subrayó. Y para ello, dijo, será necesario que todos se «desarmen» de las «armas, algunas ideológicas», que todos tienen «en su fortaleza contra alguien, o contra situaciones», añadió el arzobispo de Madrid, para pedir a continuación que «seamos capaces de ser muy limpios y dejar de hacer en nuestras vidas fortalezas».
