Desórdenes públicos. El pasado sábado –28 de septiembre de 2019– durante una marcha abortista, feministas radicales provocaron graves disturbios en Ciudad de México, destrozando escaparates, marquesinas y realizando numerosas pintadas a favor del aborto. Sin embargo, como ya ha ocurrido en otras manifestaciones similares el objetivo principal fue la Iglesia católica.
Pese a que numerosos feligreses se habían concentrado en las puertas de templos para evitar estos ataques, muy extendidos por ejemplo en marchas abortistas en Argentina, las feministas radicales intentaron prender fuego a la puerta de la catedral metropolitana de México.
La prensa se hizo eco rápidamente de la gravedad de los ataques. Gracias a la rápida intervención de los bomberos y a las cargas de la Policía para dispersar a las manifestantes se pudo evitar males mayores.
Del mismo modo, las manifestantes realizaron numerosas pintadas ofensivas e insultantes contra la Iglesia católica y a favor del aborto libre en los muros del templo catedralicio.
Mauricio Alfonso Guizar, uno de los organizadores de los grupos católicos que defendían la catedral, indicó que «gracias a las denuncias en redes sociales de católicos, comprometidos ofreciéndose a defender los templos, el Gobierno se dio cuenta de que con los templos no se juega y enviaron fuerza pública para defenderlos».
«El Gobierno, ahora sí, protegió el patrimonio cultural y espiritual de todos los mexicanos en la Ciudad de México», añadió.
La marcha de este sábado exigía a las autoridades la legalización del aborto en todo el país y la consideración de derecho de las mujeres, después de que Oaxaca se haya convertido tras Ciudad de México en el segundo estado en despenalizar el aborto.