Jean-Baptiste Douville de Franssu asegura que el IOR está completamente renovado

El presidente del Banco Vaticano dice que ‘no hay ninguna guerra’ en la Santa Sede

El presidente del Banco Vaticano dice que 'no hay ninguna guerra' en la Santa Sede
La sede del Banco Vaticano (IOR). EP

En la que es su primera entrevista desde su nombramiento en 2014, el presidente del Instituto de Obras Religiosas (IOR), Jean-Baptiste Douville de Franssu ha manifestado que «la reforma de las finanzas y del Instituto de Obras Religiosas es un proceso deseado e iniciado por el papa Francisco«. «Trabajamos tratando de cumplir con nuestro deber de la mejor manera posible, y en silencio», ha añadido.

De Franssu, junto con el director general Gian Franco Mammì, ha desarrollado durante los últimos años la reforma del llamado Banco Vaticano. Hoy, el IOR está en sintonía con las normas y prácticas internacionales, si bien durante los últimos días ha salido a la luz la investigación que ha conducido a la suspensión de cuatro empleados de la Secretaría de Estado y del director de la Autoridad de Información Financiera (AIF), publicada por la propia Oficina de Prensa de la Santa Sede.

«No hay ninguna guerra entre los organismos», ha subrayado de Franssu, aclarando que esta investigación no parte de una disputa interna.

«Somos simplemente funcionarios públicos que han aplicado la ley, cumpliendo con la obligación de denunciar, solo para proteger a las instituciones, las anomalías encontradas durante las operaciones cotidianas», ha apostillado.

Del mismo modo, el presidente del IOR ha matizado que no se ha «denunciado a personas ni a oficinas individuales», sino que se ha «presentado un informe contra personas desconocidas para la protección de las instituciones».

De Franssu también ha comentado que el IOR pertenece al circuito SEPA (marcas con garantía de seguridad), de lo que se entiende que «está completamente renovado en comparación con hace algunos años, en términos de gobernanza, controles internos, competencias profesionales disponibles y servicios prestados a los clientes».

Además, «los resultados son satisfactorios y el objetivo de hoy es continuar, afinar y perfeccionar lo que se ha hecho, especialmente en beneficio de los clientes».

Sin embargo, para el presidente del Banco Vaticano, la reforma, «entendida como una mejora constante, continúa», porque «la dirección de la transparencia y la legalidad nunca se abandona».

En cuanto a la misión del citado organismo de la Santa Sede, ha subrayado que esta sigue siendo la de «estar al servicio de la Iglesia en todo el mundo». «No olvidemos que hoy, con una sola sede y una plantilla de poco más de 100 personas, el IOR llega a 112 países y que, a menudo, en áreas geopolíticamente críticas, privadas o carentes de servicios financieros fiables y eficientes, es el único referente para las congregaciones que operan en el territorio», ha recordado.

En segundo lugar, ha continuado de Franssu, «nuestros ingresos (que en 2018, 17,5 millones de dólares), se destinan a la acción pastoral del papa». Por lo tanto, es «útil reiterar que cuando una congregación, o en general un cliente, trabaja con el IOR, hace una contribución financiera directa y concreta a la obra del santo padre y no a la lógica exclusivamente económica típica de un banco».

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