Sigue la afrenta. La familia del ex jefe del Estado debe pedir permiso antes de visitar los restos mortales de Francisco Franco, que la semana pasada fueron exhumados del Valle de los Caídos para trasladarlos hasta un panteón del cementerio de Mingorrubio (El Pardo) en el que ya reposan junto a los de su mujer, Carmen Polo.
Este hecho, que reconoció La Moncloa en las jornadas previas a la exhumación, tiene una explicación. La concesión de la propiedad del camposanto es de Patrimonio Nacional, igual que el panteón en el que se encuentra la nueva tumba de Franco, por lo que los familiares que quieran visitarlo deben cumplir con el protocolo.
Actualmente, como detalló La Moncloa, existen tres copias de la llave que abre el panteón donde se encuentra la tumba del ex jefe del Estado. Una está en propiedad del cementerio, otra en la Delegación del Gobierno de Madrid y, la tercera, es de Patrimonio Nacional.
Como ninguna está en poder de los Franco, ya que no son los titulares del panteón, deben solicitarlas por los cauces habituales con 48 horas de antelación. El mismo procedimiento se debía seguir para visitar la tumba de la esposa de Francisco Franco, sepultada en el mismo lugar.
Un centro de flores rojas y amarillas y, justo detrás, una corona poco historiada con una banda rojigualda en la que se lee «Tu familia». Esa es toda la decoración que acompaña a los restos del ex jefe del Estado en la tumba de Mingorrubio.
El abogado de los Franco, Luis Felipe Utrera Molina, ha transmitido cierto malestar de los allegados del general por la difusión de las fotografías de su tumba, cuando «a ellos no les han dejado». Se quejan, además, de tener que pedir permiso «cuando quieren ir a rezarle».
En estas primeras jornadas tras la exhumación, dos patrullas de la Policía Nacional velan por la seguridad del cementerio de Mingorrubio tras la llegada de los restos de Franco.
