El purpurado está convencido de que la falta de sacerdotes no se resolverá ordenando a hombres casados

Cardenal Sarah: ‘Decir que estoy en contra del papa es estúpido’

Cardenal Sarah: 'Decir que estoy en contra del papa es estúpido'
El cardenal Robert Sarah. EP

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, el cardenal Robert Sarah, ha lamentado este jueves –7 de noviembre de 2019– que se comente que está en contra del papa Francisco. Así lo ha puesto de manifiesto en la presentación en Madrid de su libro ‘Se hace tarde y anochece’, que ha escrito junto al periodista Nicolas Diat.

«He dedicado mi libro al papa y la gente continúa diciendo que estoy en contra del papa. Es estúpido», ha recalcado el purpurado africano asegurando que dice las «cosas claras» pero que no podrá encontrase «palabra, frase o actitud» que demuestre una oposición a Bergoglio.

Así, Sarah ha defendido que la unidad de la Iglesia se construye en torno al pontífice, rodeándolo con afecto, apoyándolo para mantener firme la fe y diciendo la verdad. «Busco ser leal al santo padre, sostenerlo en el ministerio y reforzando la fe al servicio del pueblo de Dios», ha dicho para asegurar que su elección para llevarlo a cabo es escribir y decir las «cosas firmes y precisas».

El cardenal prefecto también ha abogado por redescubrir lo qué es la liturgia y ha lamentado que cuando el papa oficia misa en la basílica de San Pedro todos hacen fotos con los móviles, algo que no se ve en un a mezquita, según ha apuntado.

Además, ha recalcado que el camino de la esperanza para la Iglesia es el camino de la oración. «Sin oración la Iglesia no puede sobrevivir», ha añadido poniendo de ejemplo los monasterios y clausuras e invitando a pasar unos días en ellos para descubrir la oración y el silencio. «No creemos porque tengamos planes pastorales y estructuras sino que solo la oración salvará a la Iglesia», ha insistido.

El purpurado ha explicado que la intención de su nuevo libro es ayudar a los que se han alejado de la Iglesia a que sientan la presencia de Jesús. «Lo más triste y doloroso es cuando, ya sea por silencios cómplices o por perniciosos escándalos, aquella que está llamada a ser luz del mundo y sal de la tierra se vuelve sosa y oscura siendo deshonrada por unos enemigos que están dentro de ella», ha recalcado.

Uno de los temas que aborda en su libro el cardenal Sarah es el de la ordenación de sacerdotes casados en la Amazonía para que los habitantes de las zonas más remotas puedan tener acceso a los sacramentos. Esta propuesta ha sido incluida en el documento final del Sínodo de la Amazonía, aunque fue de las que más votos negativos obtuvo por parte de los padres sinodales.

Precisamente, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano ha señalado en su libro que sería «desdeñoso y humillante» ordenar sacerdotes a hombres casados. El purpurado africano está convencido de que la falta de sacerdotes en la Amazonía, no se resolverá ordenando a hombres casados, a viri probati que «no han sido llamados por Dios al sacerdocio, sino a la vida conyugal».

«Si, por una falta de fe en Dios y de resultas de una miopía pastoral, el sínodo de la Amazonía se reuniese para tomar decisiones sobre la ordenación de viri probati, sobre la fabricación de ministerios femeninos y demás incongruencias de este tipo, la situación sería sumamente grave», ha aseverado Sarah en este sentido.

A su juicio, la Iglesia vive una crisis comparable a «la intensa hemorragia de los años 1970, cuando fueron miles los curas que dejaron el sacerdocio». De este modo, ha comentado que en las homilías existe «un extraño silencio en torno a las postrimerías».

«Se evita hablar del pecado original: es algo que suena arcaico. El sentido del pecado parece haber desaparecido. El bien y el mal ya no existen. Esa lejía tan sumamente eficaz que es el relativismo ha arrasado con todo. La confusión doctrinal y moral está exacerbada. El mal es el bien y el bien es el mal. El hombre ya no siente la necesidad de ser salvado. La pérdida del sentido de la salvación es la consecuencia de la pérdida de la trascendencia de Dios», ha manifestado el purpurado de la Curia vaticana.

El cardenal Robert Sarah ha lamentado a su vez que «tantos obispos y sacerdotes descuiden su misión fundamental, que es su propia santificación y el anuncio del Evangelio de Jesús, para dedicarse a cuestiones sociopolíticas como el medioambiente, las migraciones y los sin techo».

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