Diferentes representantes de la Iglesia católica han expresado su «decepción» por el «fracaso» de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), que concluyó este domingo 15 de diciembre de 2019 en Madrid, tras dos semanas de negociaciones, aunque ven que aún hay «esperanza».
Así lo han indicado este lunes 16 de diciembre en la presentación del libro ‘Una gran esperanza. La custodia de la creación’, del papa Francisco, publicado en España por Romana Editorial. El acto ha tenido lugar en la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid.
«Es urgente este mensaje y especialmente coincidiendo con la COP25 cuyo resultado ha sido una gran decepción por no haberse conseguido los avances esperados», ha afirmado el cardenal Lluis Martínez Sistach.
En esta línea, el vicedirector editorial del dicasterio vaticano para la comunicación, Alessandro Gisotti, ha indicado que, aunque «la cumbre ha acabado en fracaso», al menos hay «una renovada conciencia» sobre el cambio climático, «como nunca antes».
«Es verdad que la Cumbre ha acabado en un fracaso pero la concienciación de la sociedad es muy importante», ha subrayado, añadiendo que son los jóvenes los que «lideran» el cuidado del medio ambiente.
Por ello, ha destacado que la juventud, tanto la creyente como la no creyente «siente que el Papa está con ella» en esta lucha contra el cambio climático.
Por su parte, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha puntualizado que «no es momento para la tristeza» sino para comprender que «el clima es un bien común». «Lo hemos estado viendo estos días aquí en Madrid, hemos participado activamente», ha enfatizado.
Además, Osoro ha advertido de que no proteger la vida humana es «un atentado contra la ecología integral», y ha urgido a trabajar en proyectos comunes y a adoptar gestos concretos por el cuidado del medio ambiente.
Finalmente, el jesuita Julio Martínez, rector de la Universidad Pontificia de Comillas, ha asegurado que «todavía se está a tiempo de cambiar el rumbo» y que, por lo tanto, «hay esperanza». Por «suerte», según ha apuntado, se cuenta con la Agenda 2030 y con «la hondura de instrumentos como la Laudato Si», pero considera que faltan «medidas políticas».
