No fue hasta el pasado 3 de agosto de 2019, cuando una adinerada señora de Barcelona de 91 años, que a punto estuvo de quedar en la indigencia, presentó la primera denuncia:
«Llegó como sacerdote en mi casa, con la sotana y alzacuello clerical. Soy una persona muy creyente y aparentemente solo quería ayudarme como director espiritual».
‘Mosén’ Vargas, un tipo de 46 años, labia fácil y maneras suaves, se ganó la confianza de la anciana.
La buena mujer, piadosa y rica, no tardó en darle las llaves de su casa, para que el ‘sacerdote’ la visitara cuando quisiera y eso fue su perdición.
Vargas, un tipo que en 2013 había sido expulsado de la Iglesia ras aparecer en unas fotos en albornoz con un joven semidesnudo, le comió el tarro.
Con rezos y palabras bonitas, logro que la señora despidiera a sus dos asistentas. Después, la convenció de que las empleadas ‘rencorosas’ y su hijastro ‘codicioso’ la habían denunciado a Hacienda.
Había que resolver el entuerto y aseguró a la beata señora de que él se podía encargar, pero que había que pagar abogados y «comprar silencios».
Y aprovechando el impulso, le sisó varias joyas algunos de sus valiosos cuadros que tenía: entre ellos dos de Rusiñol y uno de José de Ribera.
Relata Cruz Morcillo en ‘ABC’, este 19 de enero de 2020, que mientras la anciana pasaba unos días ‘recuperándose’ por consejo suyo en un balneario, ‘Mosén’ Vargas arrambló con el resto de joyas y pinturas de la vivienda.
Y la presionó, hasta que logró que le entregará también los 150.000 euros que guardaba en la caja fuerte del banco
Sólo pinchó cuando se presentó en la notaría con ella, para que hiciera testamento a su favor, le pusiera una renta vitalicia y lo nombrara albacea universal, porque el asunto escamó al notario, que terminó expul´sandole del despacho.El notario se alarmó y echó a Vargas del despacho.
Hubo denuncias, varias, y el pasado 17 de diciembre, Vargas fue arrestado por los Mossos d’Esquadra. Antes, se había intentado quitar la vida saltando desde un puente. Solo se rompió un par de huesos.
Ahora, está acusado de un delito de estafa, blanqueo de capitales, coacción y, también, un delito contra la Hacienda Pública.
Además, en su trastero, se localizó en una maleta con más de tres millones de euros, bolsas con joyas y documentos de sus posibles nuevas víctimas.
Muchas cosas, porque no habían sido ni una, ni dos, ni tres, ni cuatro las ‘señoras de misa’ estafadas.
A unas les decía que necesitaba el dinero para pagar a los vidrieros y restaurar imágenes de la iglesia. A otras que necesitaba fondos para pagar actos religiosos. Y en todos los casos, se iba metiendo en casa, asumiendo el papel de ‘tutor’ de las incautas y dejándoles las cuentas corrientes y los bienes más limpias que una patena.
Los agentes han identificado dos tipos de víctimas: las ancianas solas y las congregaciones religiosas. Entre las primeras, ingresó a una de 84 años en una residencia de Soria. Le donó dos viviendas y le dio 800.000 euros y unas joyas «para la Virgen del Pilar». Hay también dos hermanas, una de 101 años, de las que logró un piso en Barcelona y está autorizado en una cuenta en la que ingresó 300.000 euros.
Los Hermanos de las Escuelas Cristianas le entregaron unos retablos a Vargas cuando era sacerdote en Sant Vicent para la parroquia. Estaban desmontados en la casa del excura.
A los Hijos de la Sagrada Familia les vendió objetos y documentos por 300.000 euros del fundador de la congregación que se creen falsos.
David Vargas Pino, que así se llama el ‘mosén’ estafaviejas, nació en Barcelona. En 2006 comenzó a ejercer como sacerdote en Sant Vicenç de Castellet. En 2011 fue apartado de su parroquia y después expulsado del sacerdocio.
Se habían publicado unas fotografías en una página de contactos sexuales en las que aparecía en albornoz con un joven desnudo al que abrazaba.