Christopher Hartley ya no está en Santo Domingo

Quieren silenciar al cura de los bateyes

El Gobierno dominicano pide a la Iglesia española que intervenga

El cura denuncia el maltrato de la empresas productoras de azúcar a los trabajadores

(RD/Efe).-El Gobierno dominicano pidió hoy a la Iglesia española su mediación para poner fin a lo que considera «una campaña de difamación y de descrédito» del sacerdote anglo-español Christopher Hartley, contra el país caribeño y, en particular, contra el sector azucarero.

Según publica el vespertino El Nacional, el canciller dominicano, Carlos Morales Troncoso, hizo esta petición en una nota diplomática entregada hoy por el embajador dominicano en España, César Medina, al arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez Plaza.

Morales Troncoso pide al arzobispo que intervenga «para que el padre Christopher Hartley Sartorius cese definitivamente su campaña en contra» del país y de la industria del azúcar, de acuerdo con la nota, cuyo texto reproduce el diario.

Christopher Hartley está en la actualidad destinado fuera de la República Dominicana, pero trabajó entre 1997 y 2006 en la parroquia de San José de los Llanos, entre los bateyes -aldeas enclavadas en las plantaciones de azúcar- de la provincia de San Pedro de Macorís (este).

El sacerdote realiza constantes denuncias sobre el trato que las empresas productoras dan a los trabajadores, en su mayoría haitianos, que se dedican a cortar la caña de azúcar.

Les acusa de violaciones de derechos humanos por medio del tráfico de personas, el trabajo infantil, la discriminación racial y la falta de asistencia sanitaria, así como de fraudes y abusos laborales.

«Se trata de una campaña de difamación y descrédito», señala el canciller dominicano en su nota, en la que recuerda que cuando el sacerdote fue trasladado a Nueva York en 2006 el obispo de San Pedro de Macorís (este), Francisco Ozoria Acosta «le atribuyó la comisión de ‘delitos graves'».

La nota califica también la «campaña» de Hartley de «aviesa» y de «difamatoria».

«Gravita negativamente sobre nuestra imagen en el exterior», afirma Morales Troncoso.

Según el rotativo dominicano, el arzobispo Rodríguez Plaza, tras recibir la nota «prometió a la representación diplomática que llamará en los próximos días al sacerdote Hartley Sartorius para que responda por las acusaciones del Gobierno dominicano».

La denuncia del canciller se suma a las realizadas el pasado mes de agosto por dos senadores dominicanos que se dirigieron al cardenal arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, y al nuncio del Papa, Jozef Wesolowski, para pedirles que intervengan ante estas acusaciones.

En un dossier enviado al cardenal y al nuncio, los senadores subrayaban que el sector azucarero «reporta a la República Dominicana miles de millones de pesos anuales en razón de impuestos, 35.000 plazas de empleos directos y, más que nada, un respiro a la miseria de muchas familias» de haitianos.

En ese expediente figuraba una copia de una carta dirigida por Hartley a la empresa británica «Tate & Lyle», compañía que recientemente adquirió 30.000 toneladas de azúcar dominicano, a cuyos responsables el sacerdote instaba a considerar la moralidad de esta adquisición.

También decía que la empresa debía plantearse si estas transacciones «beneficiarán la economía, la sociedad y la cultura de la República Dominicana», o si aumentarán «el resultado final del CEA (Consejo Estatal del Azúcar) y de las familias Vicini, Fanjul y Campollo», los principales grupos azucareros privados del país.

 

 

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