En el artículo 172 del Código Civil se sustituirá la frase "hombre y mujer" por "contrayentes"
Patricio Downes (RD).- El choque que el matrimonio Kirchner prepara contra la Iglesia ya salió del ámbito del comentario de prestigiosos analistas religiosos, como Sergio Rubin, del diario Clarín, y se iniciará esta semana. Será con el avance en el Congreso de un proyecto de ley que modifique para siempre el escenario de la familia argentina, permitiendo el casamiento de personas del mismo sexo. El dictamen de comisión, para el puntapié inicial de la ley, está en manos de la diputada kirchnerista Juliana Di Tullio, de Frente para la Victoria, el sostén electoral de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Si se sanciona -lo cual depende de la voluntad del matrimonio presidencial- Argentina sería el segundo país de América del Sur con una unión matrimonial de este tipo. El primero fue Uruguay, el mes pasado, que además otorgó el derecho a adoptar a las parejas gay. Este jueves, las iniciativas, pertenecientes a las diputadas Silvia Augsburger (Partido Socialista) y Vilma Ibarra (Encuentro Popular y Social), serán discutidas en un plenario conjunto de las comisiones de Legislación General -que preside la misma Ibarra- y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, que dirige otra mujer, la kirchnerista Juliana Di Tullio.
Ambas contemplan la reforma de varios artículos del Código Civil, a raíz de la introducción de una primera modificación central: la autorización a contraer matrimonio a personas del mismo sexo, informó el diario La Nación de Buenos Aires.
Según las propuestas, en el artículo 172 del Código Civil se sustituirá la frase «hombre y mujer» por «contrayentes», al referirse al otorgamiento del consentimiento como acto constitutivo del matrimonio.
Si prospera, quedará redactado de la siguiente manera: «Es indispensable para la existencia del matrimonio el pleno y libre consentimiento expresado personalmente por los contrayentes ante la autoridad competente para celebrarlo. El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo«.
«El matrimonio, se funda en el vínculo, libre, permanente y exclusivo entre un varón y una mujer, en orden a la ayuda mutua y la procreación y educación de los hijos. En este sentido, conforma un auténtico bien para la sociedad», aseguró el Instituto para el Matrimonio y la Familia, de la Universidad Católica Argentina.
Este domingo pasado, el arzobispo de Santa Fe y vicepresidene de Episcopado, José Arancedo, afirmó que defender la heterosexualidad del matrimonio no es discriminar. Ahora se sumó la voz de la Universidad Católica Argentina (UCA), informó la agencia informativa católica AICA.
La UCA subrayó que «el derecho humano a casarse se reconoce a todas las personas, pero sólo respecto del matrimonio contraído entre varón y mujer, como surge explícitamente del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos».
«Circunscribir el matrimonio a la unión entre varón y mujer, no es una discriminación injusta»,sostuvo el Instituto de Matrimonio y Familia de la UCA.
«Discriminar es distinguir. Es injusto cuando se trata de realidades iguales. Por el contrario, es justo hacerlo, cuando se trata de realidades que son distintas. El matrimonio y las uniones entre personas del mismo sexo son realidades diferentes«, precisó.
El instituto de la UCA insistió en advertir que «equiparar las uniones de personas del mismo sexo al matrimonio es redefinir el matrimonio y por lo tanto cambiar su sustancia, afectando así al bien común».
El texto de la declaración de la UCA, comenzó señalando que «el matrimonio, se funda en el vínculo, libre, permanente y exclusivo entre un varón y una mujer, en orden a la ayuda mutua y la procreación y educación de los hijos. En este sentido, conforma un auténtico bien para la sociedad».
En el plano de la legislación argentina, recordó los Tratados Internacionales de Derechos Humanos que tienen jerarquía constitucional en los términos del Art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional Argentina.
«El Estado queda obligado, en estos términos, a proteger a la familia fundada en el matrimonio entre varón y mujer. Los proyectos que procuren alterar este régimen de la institución matrimonial adolecen de manifiesta inconstitucionalidad», concluyó.
No es aventurado imaginar que el próximo paso de los Kirchner en el congreso -para fastidiar a la Iglesia que ha cuestionado el «escándalo» de la pobreza en este país rico en alimentos- será el avace de un proyecto de aborto.
La misma Di Tullio, siendo embajadora en 2004, apoyó proyectos de ley abortistas en foros internacionales de Cepal y Cedaw. Sus críticos señalan que olvidó «la defensa de la vida desde el seno materno» que tiene rango constitucional, al igual que su conservación hasta la muerte natural, por el llamado Pacto de San José de Costa Rica. La Argentina suscribió este acuerdo, que tiene rango constitucional.