El temblor de la solidaridad, la acogida y la sanción han inundado esta ciudad
Poco a poco, la ayuda empieza a llegar a los haitianos afectados por el terremoto del pasado 12 de enero. Y parte de esta ayuda procede de República Dominicana. Para gestionarla, Jimani, uno de los pasos fronterizos más importantes entre República Dominicana y Haití, se convierte en un punto clave. Desde allí sale la ayuda y allí llegan centenares de heridos procedentes de las zonas afectadas por el seísmo.
La ciudad fronteriza de Jimani es una zona caracterizada por la extrema pobreza y por la falta de desarrollo y bienestar social. Pese a su difícil situación, se ha convertido en el epicentro de «un terremoto a la inversa», tal y como lo definen las contrapartes de la Fundación PROCLADE que trabajan en el lugar. El temblor de la solidaridad, la acogida y la sanción han inundado esta ciudad. Pero no sólo eso. Jimani también se ha convertido en el centro de operación de algunas agencias de ayuda gubernamental y no gubernamental.
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