(Patricio Downes) El arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, pidió al presidente Ortega una solución al clima de violencia de seguidores de su gobierno contra legisladores de la oposición en Nicaragua. «Como primer ciudadano de la Nación tiene responsabilidad… pero de una u otra forma todos estamos involucrados», señaló el arzobispo, quien ya había solicitado cambios en el máximo organismo electoral del país. Es que Ortega busca forzar un cambio constitucional que le permita ser reelecto en su cargo..
La capital nicaragüense, según el diario La Prensa y otros medios del país, vivió este jueves un clima de mucha tensión, con manifestantes que tirotearon y lanzaron proyectiles con morteros artesanales contra un sector del edificio del parlamento.
«La guerra nunca ha solucionado problemas», dijo Brenes y recomendó «el diálogo en estos tiempos que se habla de integración Centroamericana».
El presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, expresó en un comunicado su «profunda preocupación» por los hechos de violencia ocurridos en Managua y llamó a resolver las diferencias mediante el diálogo.
Los diputados sesionaban para tratar de derogar un decreto de Ortega que prorroga el período en sus funciones a dos magistrados sandinistas a los que se les venció el período, pero cuyos sustitutos no han sido elegidos por el Congreso por falta de acuerdo entre las bancadas.
Las organizaciones gremiales de la empresa privada nicaragüense y organismos de derechos humanos condenaron el ataque de grupos oficialistas contra un hotel donde sesionaban diputados liberales opositores al gobierno del presidente Daniel Ortega.
La Cámara de Comercio Americana de Nicaragua dijo ayer en un comunicado que fue un ataque de «violencia gansteril oficialista» y «un atentado contra la empresa privada».
Señaló que «acciones terroristas no solucionan la grave crisis institucional provocada por las ambiciones personales e intereses partidarios de quienes ejercen la titularidad del Poder Ejecutivo».
Los legisladores sesionaron en el hotel capitalino porque los seguidores del gobierno, dirigidos por el vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Solís, habían bloqueado el edificio de la Asamblea nacional.
Las acciones sandinistas ocurren en momentos en que opositores liberales se oponen a la inminente reelección de Ortega, mediante interpretaciones de la Constitución, hechas por magistrados sandinistas en la Corte Suprema de Justicia.
Por otra parte, el arzobispo Brenes Solórzano había solicitado cambios en el Consejo Supremo Electoral donde, según señala la oposición, el presidente O
