La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aseveró hoy que «no se lucha únicamente orando o leyendo el Evangelio» contra la pobreza, al reivindicar la militancia política del sacerdote Carlos Mugica durante el homenaje que se le realizó al cumplirse 36 años de su asesinato. El cura, que militó en el sector más duro de la izquierda peronista y luego renunció a toda violencia, atendía la Villa 31 en la que fue recordado hoy y donde viven unas 20.000 personas.
Esta villa ocupa los terrenos de mayor valor inmobiliario de Buenos Aires y puede ser avistada desde los hoteles de lujo de los barrios de Retiro y Recoleta. Ahora es un conglomerado de casas y casillas superpuestas, sin cloacas y con escasa agua corriente, donde viven familias que llegaron del interior huyendo de la pobreza, junto a inmigrantes de Perú, Paraguay y Bolivia.
La Presidenta dijo que «hay que trabajar muy duro y enfrentar a los factores de poder, para vencer las verdaderas causas de la pobreza», en una elíptica respuesta a las críticas de los sacerdotes que cuestionan desde los púlpitos el incremento de pobres.
Fue asesinado precisamente por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), que lideraba el entonces ministro de Bienestar Social, José López Rega, secretario de Perón e íntimo colaborador de su esposa y luego presidenta María Estela Martínez. Esto ocurrió hace 36 años en el barrio Floresta, de Buenos Aires.
Fernández de Kirchner recordó que Mugica «desplegaba una militancia social y política» y advirtió: «No ocultemos su identidad política porque sería falsearlo y faltarle el respeto; él tenía una identidad política».
Desde la Villa 31 del barrio de Retiro, donde el religioso desplegó su labor social, recordó que Mugica «había hecho como tantos otros sacerdotes una opción preferencial por los pobres, porque los pobres necesitan de los movimientos políticos que se identifican con las verdaderas causas de la pobreza».
«No se lucha únicamente orando o leyendo el Evangelio; hay que trabajar muy duro y enfrentar factores de poder muy duros, para vencer las verdaderas causas de la pobreza», aseveró la mandataria, en supuesta réplica a la dirigencia católica, que repetidas veces alertó sobre el crecimiento de la pobreza.
Por tanto, reiteró, Mugica, ultimado supuestamente por la derecha peronista en el barrio de Floresta luego de dar misa, había realizado una «opción eclesiástica y opción política».
