(Patricio Downes).- El cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani, no las tiene todas consigo en la discusión de poder desatada por la conducción y herencia de bienes dentro de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), desatada luego que el Tribunal Constitucional (máxima instancia judicial en Perú) fallara en contra de esa casa de estudios y a favor del Arzobispado de Lima. La estructura institucional se resiste a devolver a la Iglesia Católica, encabezada por Cipriani, el manejo académico de la universidad. Y ahora se pronunciaron en contra del cardenal del Opus Dei, el jesuita francés Vicente Santuc, que vive en Perú hace casi medio siglo y es impulsor de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, y la Red Peruana de Universidad que defendió la autonomía universitaria de la PUCP.
En declaraciones a la periodista de Caretas, Zenaida Solís, el rector Santuc dijo que «han pasado varios arzobispos (por la sede de Lima) perteneciente a distintas congregaciones y nunca introdujeron un reclamo similar (al del cardenal) aunque no sé si tenga que ver esto con el Opus Dei o más bien está ligado a la personalidad del cardenal Cipriani».
El sábado, en su programa de tevé, el cardenal Juan Luis Cipriani denunció que existe una campaña de desinformación dirigida hacia los alumnos de la Pontificia Universidad Católica del Perú ( PUCP ), iniciada después de que el Tribunal Constitucional fallara en contra de esta casa de estudios, en el litigio que sostenía con el Arzobispado de Lima.
Ahora, la Red Peruana de Universidad se reunió para respaldar los principios defendidos por la PUCP y exhortó a la justicia a defender los derechos comprometidos en la controversia legal entre Cipriani y las autoridades universitarias. Recordaron su decisión de apoyar «a la consolidación de una sociedad próspera, justa, inclusiva y solidaria».
En un vibrante ida y vuelta, que la sociedad académica de Perú vive como los sucesivos rounds de boxeo, el cardenal Cipriani negó el sábado una supuesta intención del Arzobispado de interferir y tomar el control instalando una Junta administradora lo antes posible.
«De ninguna manera existe en el Arzobispado de Lima tal pretensión. El TC dio una sentencia y empieza la campaña de desinformación porque no se quiere hablar de lo fundamental. Esto tiene que ver con un testamento, un patrimonio y un dinero, nada más. Que no se engañe a los alumnos», refirió el cardenal.
En tal sentido, Juan Luis Cipriani invocó a que no se tenga miedo de dar a conocer entre los estudiantes de la Universidad Católica «la verdad que el Arzobispado está explicando». «Lo demás son teorías ideológicas», manifestó.
En una intervención donde -a decir verdad- se mezclan los manejos institucionales propios de las universidades privadas (en este caso la católica) la red señaló su adhesión «a los valores constitucionales que inspiran y ordenan la vida académica e institucional de la universidad peruana, y que deben reflejarse en su modelo de organización y gobierno».
Reiteró además su «compromiso insoslayable por crear las condiciones para que la universidad sea un espacio donde impere la libertad de cátedra, la reflexión crítica y la investigación científica como fundamentos del quehacer académico, excluyendo toda forma de intolerancia y en el marco del respeto a los Derechos Fundamentales».
Agregó la red su «respaldo a los principios enarbolados por la Pontificia Universidad Católica del Perú, pues ellos reflejan la defensa de la autonomía universitaria, la pluralidad del pensamiento y la calidad en la enseñanza como valores compartidos a los que nuestra red aspira permanentemente».
