Fruto de una relación con un novicio

Ex monja denunció a su superiora por quitarle a su bebé

Asegura que el caso llegó hasta el Vaticano

Según su relato, la superiora María Carmen Aguilar Sullón la encerró y luego le arrebató el bebe

La consideraban la más alegre del convento de las Hijas de María Inmaculada y Corredentora, en San Juan de Lurigancho, y en 2002 le encargaron la conducción de la granja de la congregación en Puente Piedra. Todo parecía caminar bien, hasta que en 2004 conoció a un joven aspirante a religioso, del que salió embarazada. Ella tenía 26 años; él, 17. Lo cuenta El Comercio de Perú.

Fue entonces cuando Flor Navarro «vivió en un infierno». Según su relato, la superiora María Carmen Aguilar Sullón la encerró y luego le arrebató el bebe. «‘Ese hijo no lo vas a tener’, me decía. (Me encerraron) en una habitación sin hablar, sin reír los 9 meses (…) lo sacaron de mis brazos, no tenía fuerzas para nada», comentó en declaraciones a ATV Noticias.

«La otra hermana me decía ‘Flor, cuídate, porque a la hermana hasta quiere aventarte por las escaleras para que pierdas ese hijo», agregó.

El caso no quedó ahí e incluso llegó hasta el Vaticano, según un documento presentado por dicho canal. Ante ello, según otros papeles mostrados, la madre superiora habría hecho de todo para ocultar lo que Navarro considera un «tráfico de niños, con más de 5 bebes entregados«, versión respaldada por otros testigos. Aguilar Sullón habría intentado darle legalidad a la entrega de niños buscando firmas de consentimiento y testigos.

Afortunadamente, y una vez ya desatado el escándalo, Flor pudo tener de vuelta a su bebe. Este había sido entregado al hermano de un sacerdote, pero fue devuelto por orden su diócesis.

«Suplicó al padre, le dijo que la ayudara, que ella quería seguir acá en la comunidad, que ella daba a su hijo en adopción», se defendió María Carmen Aguilar. Según ella, «el muchacho era voluntario, no religioso». Sin embargo, un video que data de 2004, cuando la ex monja ya estaba embarazada, muestra el momento en el que la misma superiora le entrega los hábitos al novicio.

El abogado de Aguilar defendió a su cliente. «Son chicas que son violadas, que resultan embarazadas, y van y piden a las madres que una vez que nazca al niño lo den en adopción. Las madres ubican a las personas y se inicia el trámite de adopción», afirmó.

Por su parte, Navarro pidió que se investiguen los demás casos como el suyo.»La Iglesia no puede mancharse», concluyó.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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