La gestión de Ortega puede verse coronada por una visita de Benedicto XVI en 2012, cuando se cumplen los 400 años de la aparición de la imagen de la Caridad de Cobre
El cardenal Jaime Ortega, confirmado por el papa Benedicto XVI como arzobispo de La Habana, dijo este viernes que seguirá dialogando con el gobierno de Raúl Castro, aunque admitió que le gustaría que las reformas impulsadas por el presidente cubano avancen «un poco más rápidas». «El Santo Padre me ha confirmado como arzobispo de La Habana», dijo Ortega a la prensa en referencia a la renuncia que presentó, tras cumplir 75 años, el 18 de octubre, edad máxima para un obispo, según el código canónico.
Su renuncia obligada puso en vilo no sólo a la Iglesia, pues el arzobispo fue el artífice de la visita de Juan Pablo II en 1998, de la distensión con el gobierno comunista tras cuatro décadas de enfrentamientos, la apertura de un inédito diálogo con Raúl Castro y una probable visita a la isla de Benedicto XVI en 2012.
Sin una figura carismática para el relevo, la confirmación del Vaticano está en línea con su aprobación reiterada a la gestión mediadora de Ortega, que logró la excarcelación de 130 presos políticos, disminuir el acoso al grupo opositor Damas de Blanco y abrir nuevos espacios a la Iglesia en la sociedad.
Espero «continuar mi misión», dijo el cardenal, a quien el Gobierno de España confirió este viernes la Gran Cruz de Isabel la Católica, noticia que recibió como «un honor para mí, nos enaltece».
España, a través de su entonces canciller Miguel Angel Moratinos, «acompañó» el diálogo que Ortega y Castro iniciaron el 19 de mayo de 2010 y acogió a la mayoría de los presos políticos excarcelados en ese proceso.
Otro resultado de ese diálogo fue la apertura de una nueva sede para el seminario de San Carlos y San Ambrosio, un centro cultural eclesial y la peregrinación nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, primera desde el triunfo de la revolución en 1959, que comenzó el 8 de agosto del pasado año y terminará el 30 de diciembre en La Habana.
También en ese nuevo ambiente se inscribe la peregrinación de religiosos cubanos a la Tierra Santa, encabezada por Ortega en agosto pasado, primera desde la instauración del comunismo en la isla.
El dialogo «continúa, en cuanto a los presos, eso es ya un capítulo cerrado, pero hay un dialogo siempre que tiene que ver con la vida de la Iglesia, con su acción pastoral y también con la vida de la nación», dijo Ortega.
Esas pláticas también tienen que ver «con los cambios que se proyectan en Cuba económicos, cambios que la sociedad espera, que el cubano espera y que la Iglesia también ha alentado, apoyado y espera».
Sobre los cambios encabezados por Raúl Castro para «actualizar» el agotado modelo económico soviético vigente «algunos piensan que las cosas van lentas, nosotros pensamos que sí, que podrían ir un poco más rápidas«, precisó.
«Lo importante es lo sostenido, y que las perspectivas se ven, cuando se añade alguna medida, perspectivas de ampliación, no de restricción. No inquieta el hecho de ver que nada vuelva atrás, sino que los pasos siempre han sido de apertura y esa es como mi esperanza y mi confianza«, dijo.
La gestión de Ortega puede verse coronada por una visita de Benedicto XVI en 2012, cuando se cumplen los 400 años de la aparición de la imagen de la Caridad de Cobre, flotando en las aguas de la Bahía de Nipe, 670 km al este La Habana.
«No está cerrada la posibilidad de viaje, no está cerrada ni anunciada, pero no hay un no a cerca del viaje. Lo queremos para este año (2012) … sería magnífico que pudiera estar el Santo Padre con nosotros», dijo. (RD/Agencias)