Me voy, pero no me voy; me voy, pero no me ausento, pues, aunque me voy, de corazón me quedo
En su último viaje a México, Juan Pablo II empeñó su palabra, y la cumplió; las reliquias se quedan en nuestro país y tendrán un adoratorio especial en la Basílica de Guadalupe, lo cual incluye una de las tres cápsulas de sangre extraída al beato en el Hospital Gemelli y la vestimenta que utilizó en su último viaje a México, donde expresó: «Me voy, pero no me voy; me voy, pero no me ausento, pues, aunque me voy, de corazón me quedo». Lo cuenta Hugo Páez en Impacto.
Monseñor Slawomir Oder, postulador de la causa de canonización de Juan Pablo II, fue el principal impulsor de la propuesta, en el Vaticano, ante Benedicto XVI para que permanezca en México, en el Santuario Guadalupano.
El P. Manuel Corral Martín, quien fuera responsable de la visita y recorrido de la urna con la efigie y reliquia de primer grado del beato Juan Pablo II por 92 jurisdicciones eclesiásticas en México, explica: «Ya tenemos la reliquia que permanecerá con nosotros; es de primer grado. Está ya en México y esperamos el momento más indicado, de acuerdo a las autoridades eclesiásticas, al arzobispo de México y las autoridades de la Basílica de Guadalupe, para que públicamente se exhiba la figura de cera con la vestimenta del Santo Padre y la urna con la reliquia misma».
Se espera que la reliquia de sangre del beato Juan Pablo II sea colocada dentro del recinto del Santuario de Guadalupe de la Ciudad de México, para lo cual se tendría que acondicionar un retablo, para que se exponga la efigie de cera junto al relicario y la cápsula de sangre del beato; se habla de que podría estar en el nuevo edificio de criptas de la Plaza Mariana.
El P. Manuel Corral no duda al afirmar que el privilegio que las autoridades vaticanas hacen a México, para conservar una reliquia del Santo Padre, responde a un acto de justicia: «Creo que por justicia, al cariño, la admiración y la expresión de amistad que México le tiene al beato Juan Pablo II y que el propio Santo Padre tuvo al pueblo mexicano, es que tenemos la concesión de la primera reliquia. Agradecemos al Santo Padre Benedicto XVI y a Mons. Slawomir Oder, postulador de la causa, el que nos concedieran esta sangre del beato Juan Pablo II».
Además, asegura que el sexto viaje de Juan Pablo II a México, esto es, la peregrinación de la reliquia del beato por todo el país, fue una motivación para que el Vaticano considerara ideal el que una reliquia sanguínea permaneciera entre los mexicanos: «México marcó un hito porque ni siquiera en Polonia (país de origen del Papa Wojtyla) se tuvo una expresión de popular veneración como en México, cuando recibieron una de las ampolletas de sangre del Papa; allá estaban sorprendidos de cómo la veneración de la reliquia fuese realizada aquí por multitudes».
El P. Corral habla de aproximadamente 30 millones de personas que tuvieron un contacto, en las calles y templos, con la peregrinación de las reliquias, mientras que algo más de 8 millones de fieles se acercaron a la urna para expresar su admiración, veneración y hacer sus peticiones de intercesión: «En su sexto viaje glorioso siguió mostrándose, muy claramente, el cariño del país. Creo que el pueblo de México seguirá rindiendo ese homenaje a éste hombre santo que nos invitó a no tener miedo, a tener la esperanza fortalecida».
Además, el P. Corral no duda que esta experiencia haya sido uno de los principales motivos que animaron al Papa Benedicto XVI a visitar el país el próximo 23 de marzo, pues constantemente se le enviaron videos de lo acontecido en las localidades que recibieron la reliquia, en sus catedrales y santuarios, y se sabe que los presenció junto al cardenal Tarsicio Bertone y su secretario, George Gaenswein.
El sacerdote insiste en que la entronización de la reliquia del beato Juan Pablo II será «lo más pronto posible»; sólo espera a que el espacio y las condiciones necesarias se tengan para invitar a los fieles a la celebración, que consistiría en una misa de acción de gracias en el Santuario de Guadalupe y una procesión para conducir a un altar especial la cápsula-relicario.
Finalmente, la reliquia, que ha peregrinado en el país por más de cuatro meses, regresará a Roma, «pues el testimonio de México ha servido para que otros países solicitaran la reliquia que hemos tenido entre nosotros«, dice el P. Corral y asegura que Colombia será el segundo país que la cápsula con sangre del beato Juan Pablo II visite en peregrinación; añadió que otros países también han expresado su deseo de que en sus territorios se pueda vivir algo semejante a lo acontecido en México, como Argentina, Chile y, en particular, la Arquidiócesis de Los Angeles, donde se encuentra la mayor concentración de hispanos y latinos en Estados Unidos.