Irazábal había acusado a la Iglesia Católica Argentina de no haber hecho nada por los desaparecidos durante la última dictadura militar
El sacerdote Justo Irazábal, conocido como el «Cura Vasco«, murió a los 84 años en la ciudad de Córdoba. El «Cura Vasco», que pasó gran parte de su vida en Villa Angelelli, un asentamiento donde viven unas 750 familias, falleció ayer a las 18 en el Hogar San Camilo, donde vivió en los últimos años por problemas de salud, ya que padecía cáncer, informó su amiga, la periodista Rosa Cativa.
Nació el 26 de mayo de 1927 en Pehuajó, Buenos Aires, y luego fue a Córdoba a estudiar Medicina, pero abandonó esa carrera para ingresar al seminario, donde desde siempre quedó enrolado en la tendencia de los «curas obreros».
Al finalizar la dictadura militar se fue a barrio Comercial, cercano a la zona de lo que sería Villa Angelelli, un lugar con varios asentamientos que el cura organizó y a los que a lo largo del tiempo les fue consiguiendo los servicios indispensables.
Irazábal bautizó al barrio con el nombre de Monseñor Enrique Angelelli, sacerdote de quien fue amigo y que murió asesinado durante la dictadura.
Hace algunos años, Irazábal había acusado a la Iglesia Católica Argentina de no haber hecho nada por los desaparecidos durante la última dictadura militar. Además, había afirmado que el prelado riojano Enrique Angelelli fue asesinado porque «los obispos lo dejaron solo».
«En la Iglesia no se hizo nada frente al drama de los desaparecidos y asesinados, ni siquiera se apeló a métodos que otras veces se habían usado, como la excomulgación», fueron las palabras de Irazábal en una entrevista al diario cordobés La Voz del Interior.
