Hay que reconocer que la cultura católica no tiene (en la Isla) el mismo arraigo que en México
Al papa Benedicto XVI le sorprendió que la esposa de Fidel Castro, Dalia Soto del Valle, fuese «una persona devota y creyente», dijo el cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Comisión Pontificia para América Latina (CAL), en un encuentro de reflexión sobre la visita del Sumo Pontífice a la Isla y México en marzo pasado.
Según la agencia católica Zenit, el Papa comentó sus impresiones tras el encuentro con Castro y varios miembros de su familia, el 28 de marzo, en La Habana.
De acuerdo con la periodista de Miami Nancy Pérez Crespo, quien escribe una biografía sobre Soto del Valle y fue amiga cercana de uno de sus hermanos, la relación entre Castro y su esposa habría comenzado en 1961.
A principios de esa década Castro expulsó de la Isla a unos 130 sacerdotes que se opusieron a su régimen. Los religiosos fueron perseguidos y marginados durante las siguientes décadas.
Ouellet, quien acompañó al Papa en su viaje, describió como «significativa si bien más discreta» la acogida en Cuba, en comparación con la de México.
«Hay que reconocer que la cultura católica no tiene (en la Isla) el mismo arraigo que en México», dijo el cardenal en el encuentro de reflexión, realizado el pasado martes en el aula magna de la Universidad Pontificia Urbaniana en Roma, y al que asistieron los embajadores ante la Santa Sede de México, Héctor Ling Altamirano, y Cuba, Eduardo Delgado Bermúdez.
Según Ouellet, Benedicto XVI consideró que la peregrinación de la Virgen de la Caridad del Cobre por la Isla, en 2011, preparó el terreno para que su palabra fuera «tan bien acogida como se vio».
Por otra parte, el cardenal canadiense dijo que en Cuba el Papa tuvo, en proporción, más contactos con funcionarios gubernamentales que en México.
En ellos se trataron temas concretos, como el pedido de festividad para las fechas centrales de la Semana Santa, que posteriormente fue aprobado por el Gobierno para este año de forma excepcional.
Ouellet dijo que durante el viaje las lecturas litúrgicas elegidas por el Papa eran las que correspondían al día. Añadió que la despedida en La Habana fue «impresionante», porque «la gente se quedó bajo la lluvia para saludarlo demostrando un entusiasmo mayor que en la acogida».
El prefecto de la CAL recordó que en la despedida, Benedicto XVI lamentó que el pueblo cubano sufriera las limitaciones impuestas desde el exterior, en referencia al embargo estadounidense.
(Rd/Agencias)