El argentino Enrique Shaw

¿El primer empresario santo?

Buenos Aires envía el expediente de su canonización a Roma

Puedo decirles que ahora casi toda la sangre que corre por mis venas es sangre obrera

(Valores Religiosos).-Tras más de una década de estudio, concluyó la etapa diocesana de la causa y el arzobispado de Buenos Aires se apresta a girar el expediente de Enrique Shaw al Vaticano. Podría ser el primer hombre de negocios en ser declarado santo.

La singular posibilidad de que el empresario argentino Enrique Shaw se convierta en el primer hombre de negocios del mundo en ser declarado santo se va volviendo más verosímil. La primera etapa de su proceso de canonización -o sea, los primeros estudios de su vida, su obra y sus escritos en el ámbito de la Iglesia en el país- llegaron a su fin. El arzobispado de Buenos Aires, en cuya jurisdicción se iniciaron los trámites hace más de una década, concluyó que el candidato tiene suficientes méritos como para que el expediente sea girado al Vaticano para la continuación de los estudios en las próximas semanas.

Shaw -de cuya muerte este lunes se cumplió medio siglo, cuando tenía 41 años- tuvo una vida personal y profesional ejemplar, caracterizada por la entrega a los obreros y sus esfuerzos por humanizar el mundo del trabajo inspirado en el Evangelio. En un libro, los españoles Gustavo Villapalos y Enrique San Miguel lo consideran uno de los laicos católicos más destacados por su compromiso religioso, político y social en el siglo XX, al incluir su biografía junto a la de Konrad Adenauer, Balduino I, Georges Bidault, Alcide de Gasperi, Angel Herrera Oria, Robert Kennedy, Giorgio Lapira, Aldo Moro y Robert Schumana.

Nacido en París, hijo de padres argentinos, Sara Tornquist y Alejandro Shaw, fue traído al país cuando tenía dos años. Tras ser un alumno sobresaliente en el colegio La Salle, ingresó a la Marina, donde obtuvo uno de los mejores promedios y se convirtió en el oficial más joven en la historia de esa fuerza. Se casó y tuvo 9 hijos. Como teniente de fragata pidió la baja y se dedicó al mundo de la empresa, desempeñándose en Cristalerías Rigolleau. Fundó y fue el primer presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y se contó entre los creadores de la Universidad Católica Argentina, entre otras actividades. Cuando un cáncer se ensañaba con su salud, un pedido de sangre provocó que más de 250 empleados de Rigolleau se presentaran. Gracias a una recuperación precaria, Shaw pudo el gesto al personal: «Puedo decirles que ahora casi toda la sangre que corre por mis venas es sangre obrera».

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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