Desde el año 2000 las diócesis latinoamericanas empezaron a ir al encuentro de los católicos alejados
La llegada de inmigrantes católicos hispanos a EEUU ha frenado el avance del secularismo en ese país y ha fortalecido a la Iglesia, dijo hoy Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla (México), y presidente de los obispos mexicanos y del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM.
Aguiar, que participa en el Vaticano en el Sínodo de Obispos para la Nueva Evangelización, agregó en un encuentro con periodistas que los inmigrantes hispanos se han convertido en «actores» de la nueva evangelización y que su religiosidad y manera de vivir han enriquecido a la iglesia estadounidense, que ha pasado a ser una iglesia pluricultural.
«El cincuenta por ciento de los católicos de EEUU son hispanos», señaló Aguiar, que precisó que aunque EEUU no tiene el influjo del secularismo como lo hay en Europa, la presencia hispana lo ha frenado.
El arzobispo hizo votos para que la presencia de latinoamericanos en Europa ayude a frenar el avance de la secularización, que dijo se ve potenciada por el relativismo y el individualismo que consideran la religión como «ámbito privado» del que no debe salir.
El prelado mexicano también se refirió a las sectas religiosas en América Latina y dijo que el «boom» de la penetración de las mismas en las diferentes sociedades del continente se produjo en las décadas de los año 80 y 90 del siglo pasado y que en los últimos años no avanzan y no crecen en número de seguidores.
Ello se debe, precisó, a que la Iglesia Católica está mejor preparada, «hay más dinamismo pastoral, más preocupación por los católicos distantes».
«Hay un crecimiento de los agentes de pastoral en todas las diócesis y esto es una bendición de Dios que nos permite estar en más ámbitos que antes, en lugares donde estábamos ausentes y podemos ahora ofrecer el conocimiento de la fe», manifestó.
El Año de la Fe, abierto el pasado día 11 por Benedicto XVI, servirá para potenciar el conocimiento de la fe y robustecerla, agregó el prelado.
El arzobispo mexicano dijo que la inmigración interna del campo a las ciudades tomó a la Iglesia por sorpresa, lo que abrió las puertas a la llegada de las sectas, «que ofrecían una cierta identidad, una cierta experiencia de comunidad que había perdido la gente que emigró a la ciudad».
«La Iglesia no estaba preparada y no supo responder en ese momento, pero ahora sí. Desde el año 2000 las diócesis empezaron a ir al encuentro de los católicos alejados y por ello la reunión de Aparecida (Brasil, la cumbre del CELAM de 2007, a la que asistió Benendicto XVI) supuso la consolidación del camino misionero», destacó.
Sobre el número de personas que pertenecen a sectas en América Latina, Aguiar dijo que no existe un censo. En México, dijo, pueden ser el cuatro por ciento de la población.
Respecto a qué mensaje saldrá del Sínodo, el arzobispo mexicano señaló que es la «unánime aceptación» de que se necesita una nueva evangelización en el mundo, especialmente en Europa.
América Latina -señaló- lleva ya, desde Aparecia, parte del camino andado.
El sujeto de la nueva evangelización tiene que ser la diócesis, en la línea ya marcada por el Concilio Vaticano II, del que ahora se cumple medio siglo, y la guía y el liderazgo del obispo tiene que ser fundamental, aseguró Aguiar.
Las parroquias son consideradas muy importantes y los movimientos eclesiales lo mismo.
Aguiar señaló que los obispos que participan en el Sínodo coincidieron en que los movimientos eclesiales «solamente servirán a la nueva evangelización en la medida en que se integren en cada diócesis».
Los prelados también consideran a la familia como indispensable para la nueva evangelización y abogan por políticas de ayuda a la misma «para que vuelva a ser cuna de la formación de valores», dijo el arzobispo. (RD/Agencias)