En 2001 los militares fueron condenados a 20 años de prisión como coautores del crimen, y Orantes a una pena similar por complicidad en el asesinato
Un tribunal de Guatemala otorgó hoy la «redención de pena» a favor del sacerdote Mario Orantes, condenado en 2001 a 20 años de prisión por complicidad en el asesinato del obispo auxiliar de este país Juan Gerardi, perpetrado en abril de 1998, informaron fuentes oficiales.
El Juzgado Primero de Ejecución Penal declaró con lugar la petición de «redención de pena» solicitada por los abogados de Orantes, que argumentaron «buena conducta y trabajos de beneficio común» dentro de la prisión.
Un portavoz de esa judicatura dijo a los periodistas que la Fiscalía tiene un plazo de tres días para apelar el fallo, y que de no hacerlo, el mismo quedará vigente y por lo tanto Orantes podrá recuperar su libertad al siguiente día.
De haber apelación, está será tramitada ante una Sala que podría demorarse hasta dos meses en resolver.
En julio pasado, ese mismo beneficio le fue concedido al coronel retirado Byron Lima Estrada, quien había sido condenado en 2001 a 20 años de prisión por el asesinato del prelado.
Lima Estrada y su hijo, Byron Lima Oliva, un capitán retirado del Ejército de Guatemala, fueron arrestados el 22 de enero de 2000 por el asesinato, el 26 de abril de 1998, del obispo auxiliar de Guatemala Juan Gerardi.
En 2001 los militares fueron condenados a 20 años de prisión como coautores del crimen, y Orantes a una pena similar por complicidad en el asesinato.
En dos ocasiones anteriores, el tribunal había denegado la redención de penas a Orantes, por no haber demostrado la realización de trabajos sociales.
A Lima Oliva también le ha sido denegada esa petición en dos ocasiones.
Otro militar implicado en el hecho, Obdulio Villanueva, fue asesinado y decapitado el 12 de febrero de 2003 durante un motín que tuvo lugar en la prisión en la que estaba recluido.
Gerardi, obispo auxiliar de Guatemala, fue asesinado a golpes dos días después de haber hecho público su informe de Recuperación de la Memoria del Silencio: Guatemala Nunca Más (Remhi), en el que documentó más de 54.000 violaciones a los derechos humanos durante la guerra interna guatemalteca (1960-1996).
El asesinato del obispo ha sido considerado como una venganza de parte de un grupo radical de las Fuerzas Armadas, debido a que en el Remhi se atribuyó la autoría de la mayoría de los hechos, incluidas matanzas de civiles, al Ejército.
(Rd/Agencias)