La sanción es también para tantos curas, religiosas, religiosos y laicos que pensamos y creemos que el accionar episcopal en tiempos de la dictadura genocida distó de ser no sólo cristiana, sino tampoco humana
(Télam/Valores Religiosos). El Secretariado Nacional del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres (OPP) repudió hoy la decisión del obispo de Santiago del Estero, Francisco Polti, de separar de la diócesis al sacerdote Roberto Murall, integrante del secretariado de ese agrupamiento.
«Rechazamos sin términos medios la decisión del obispo Polti de separar de su diócesis a Roberto Murall y reafirmamos el texto de la carta firmada por el secretariado de OPP en nombre de los 200 curas del grupo, cuestionando la carta de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA)», señala el comunicado difundido hoy.
La CEA había publicado el viernes 9 de noviembre un documento en el que los obispos hacían un llamamiento a la reconciliación nacional y se comprometían a revisar el papel de la iglesia durante la última dictaduta militar (1976-1983)
El grupo de Curas en la Opción por los Pobres calificó la carta de «pobre» e «insuficiente» porque consideró «que el pedido de perdón debía ser concreto».
«Sabemos bien que fueron muchas las voces eclesiásticas episcopales o presbiterales que justificaron la tortura públicamente como un `mal menor`, e incluso participaron de las mismas», cuestionaba la carta de los integrantes del secretariado de OPP: Juan Carlos Baigorri, Marcelo Ciaramella, Roberto Murall y Eduardo de la Serna.
La sanción dispuesta por el obispo de Santiago del Estero obliga a Roberto Murall «a retirarse de esa diócesis, por haber ciestionado el texto de los obispos, sobre el accionar de la CEA, durante la dictadura».
Para la OPP, la actitud del obispo de separar a Murall de la diócesis es «a las claras irracional y a contramano de una iglesia -comunión de hermanos y hermanas-, fraternal y del lado de los pobres, como nos enseña el Concilio Vaticano II».
El comunicado recuerda que «el grupo de curas en OPP hizo público su rechazo al texto episcopal y saludo de Navidad a la sociedad, en el que sólo había malas noticias, y donde no se hablaba casi de Jesús«.
Roberto Murall, uno de nuestros compañeros, aclara OPP, «fue sancionado a raíz de firmar esas cartas».
En el comunicado, OPP expresa «su profunda y fraterna solidaridad con Roberto (Murall), de quien nos consta el cariño y dedicación a los pobres en el monte santiagueño. El vive la iglesia que queremos construir y en la que nos sentimos felices por compartir la fe de igual a igual».
«La sanción es también para tantos curas, religiosas, religiosos y laicos que pensamos y creemos que el accionar episcopal en tiempos de la dictadura genocida distó de ser no sólo cristiana, sino tampoco humana», estima la OPP.
En otros de los párrafos del texto emitido hoy por la OPP, se destaca que «que algunos entienden la iglesia como un cuartel: autoridad vertical, obediencia debida, silencio de la propia opinión».
«No es eso la iglesia. No es eso lo que la iglesia es, lo que la iglesia dice que es, lo que la iglesia debe ser y -sobre todo- no es eso lo que Jesús quiere que la iglesia sea», afirman.
Lamentamos, señala el comunicado, «que el genocida convicto y confeso Videla reciba la comunión alegremente y los hermanos como Roberto, dedicados al servicio de la gente sean hostigados por su pensamiento libre«.
«Nos solidarizamos y abrazamos a nuestro querido hermano Roberto Murall a la distancia y nos hacemos cercanos en este momento de desconcierto que vive», concluye el comunicado de OPP.
Los obispos de Santiago del Estero, monseñores Francisco Polti y Ariel Torrado Mosconi, negaron que el traslado del sacerdote Roberto Murall a su diócesis de origen, San Isidro, tras pasar un tiempo en la provincia, haya sido una sanción encubierta por el hecho de que el cura firmó una declaración con críticas hacia el último documento del Episcopado.
El grupo «Curas para la Opción por los Pobres» había dicho que el traslado de Murall era un castigo por haber suscripto un comunicado de ese nucleamiento donde se criticaba duramente el documento que los obispos difundieron a fines de noviembre, donde criticaban implícitamente el estilo de confrontación del Gobierno.
«Ante algunas versiones periodísticas erróneas comunicamos que el 28 de diciembre se informó al Pbro. Roberto Murall, perteneciente a la diócesis de San Isidro, que el 31 de diciembre de 2012 vencía su contrato temporal de servicio en esta diócesis de Santiago del Estero, y que dicho contrato no se renovaría», señalan los obispos en un comunicado.
Agregan que «esta decisión es de competencia del Obispo diocesano y se ha obrado en todo conforme a derecho, velando por el bien pastoral de ambas diócesis, del sacerdote y de los fieles».
«Todo sacerdote pertenece al clero de una diócesis. Por cuestiones de necesidades pastorales, muchas veces los sacerdotes realizan tareas de atención espiritual en un lugar distinto al de incardinación, habitualmente de manera temporal, previo a un convenio entre la diócesis de origen y la diócesis de destino», señalan.
En ese sentido, precisan que «en estas circunstancias se encuadra este caso, por lo que no se trata de una sanción ni de una expulsión, como algunos medios han informado, sino de la prevista finalización de un acuerdo previo».
Y conclueyen: «Aprovechamos para agradecer al Pbro. Roberto Murall todos los años de servicio a la diócesis».
Éste es el comunicado íntegro de los sacerdotes:
Ante la decisión del obispo Francisco Polti (Opus Dei) de expulsar de la Diócesis de Santiago del Estero al P. Roberto Murall
El Obispo de la Diócesis de Santiago del Estero, Francisco Polti le ha comunicado al P. Roberto Murall, integrante del Secretariado Nacional del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres, que deberá retirarse de dicha Diócesis donde ejercía su ministerio. El motivo es haber firmado, junto con el resto del secretariado y la adhesión de unos 200 curas que conforman el grupo en todo el país, nuestra carta cuestionando la pobre nota de la Conferencia Episcopal sobre su accionar durante la dictadura. Esta actitud, a las claras irracional y a contramano de una Iglesia comunión de hermanos/as, fraternal y del lado de los pobres, como nos enseña el Concilio Vaticano II, nos impulsa a expresar públicamente nuestro pensamiento.
1. Expresamos nuestra profunda y fraterna solidaridad con Roberto, de quien nos consta el cariño y dedicación a los pobres en el monte santiagueño. El vive la Iglesia que queremos construir y en la que nos sentimos felices por compartir la fe de igual a igual. La sanción a Roberto es también una sanción a tantos curas, religiosas/os y laicos que pensamos y creemos que el accionar episcopal en tiempos de la Dictadura genocida distó de ser no sólo cristiana, sino tampoco humana.
2. Esta decisión obedece a razones puramente ideológicas sin ningún sentido pastoral y sin ningún consentimiento de los que serán perjudicados por la ida de Roberto. Sorprende esta contradicción con las constantes enseñanzas episcopales que se centran a menudo en advertirnos contra la ideologización de la fe, exhortándonos al diálogo y la reconciliación que incluso se atreven a dirigir con autoridad al resto de los sectores de la sociedad y la Iglesia. Y confirma a aquellos que creen que el Episcopado no ha pedido realmente perdón a la sociedad por su silencio y complicidad.
3.Algunos entienden la Iglesia como un cuartel: Autoridad vertical. Obediencia debida. Silencio de la propia opinión. Pero no es eso la Iglesia. No es eso lo que la Iglesia es, lo que la Iglesia dice que es, lo que la Iglesia debe ser y -sobre todo- no es eso lo que Jesús quiere que la Iglesia sea.
4. El obispo Polti parece no entender que la Iglesia es otra cosa distinta a lo que él parece pensar. La Iglesia no es un cuadro fascista (o franquista, para que entienda mejor). Es una comunidad que da cabida a la diferencia porque está constituida a la manera de la Trinidad, que ES DIFERENCIA. Su autoritarismo nos afecta a todos nosotros, y afecta a la Iglesia misma.
5. La Iglesia es comunión, y por tanto diversidad en la unidad. Y la unidad, no viene dada por el sentir episcopal, sino por el Evangelio, por el proyecto de Jesús al que él llamó Reino de Dios.
6. El grupo de curas en opción por los pobres hicimos público nuestro rechazo al texto episcopal y también el rechazo a un saludo de Navidad a la sociedad; en el que sólo había malas noticias, y donde no se hablaba casi de Jesús. Y uno de nuestros compañeros, y en él todos nosotros y los que creemos que otra Iglesia es posible, fue sancionado a raíz de firmar esas cartas.
Ante este atropello autoritario propio de una concepción de la Iglesia que no compartimos, queremos expresar que:
* Repudiamos sin términos medios la decisión del obispo Polti de separar de su diócesis a nuestro compañero Roberto; todos nos sentimos en un mismo sentir eclesial;
* Reafirmamos -todos nosotros- sin duda alguna, el texto de la carta FIRMADA POR TODOS: los 4 sacerdotes del secretariado en nombre de los 200 curas del grupo;
* Lamentamos que la comunidad de Santiago del Estero pierda un buen cura a causa de un mal obispo.
* Lamentamos que el genocida convicto y confeso Videla reciba la comunión alegremente y los hermanos como Roberto, dedicados al servicio de la gente sean hostigados por su pensamiento libre. Estas contradicciones tan evidentes nos confunden y además hieren al pueblo de Dios.
No podemos resistir relacionar esta situación con las palabras de Jesús a la multitud y los discípulos: «Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo». (Mateo 23,2-4)
Nos solidarizamos y abrazamos a nuestro querido hermano Roberto Murall a la distancia y nos hacemos cercanos en este momento de desconcierto que vive.
Secretariado Nacional del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres
29 de diciembre 2012