La policía informó hoy a los medios sobre la detención de seis personas que estarían implicadas en el robo de las joyas de la virgen de Copacabana, entre las cuales supuestamente figuran tres sacerdotes y un policía
El presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó a «algunos obispos» de estar implicados en la serie de robos perpetrados en templos católicos en los últimos meses y emplazó al cardenal Julio Terrazas a imponerles «un castigo severo».
En un acto en la región central de Cochabamba, Morales expresó su preocupación por los recientes hurtos, en particular el ocurrido este lunes en el pueblo de Copacabana, fronterizo con Perú, donde ladrones sustrajeron 18 joyas de las imágenes de la Virgen y el niño Jesús, de un valor incalculable, según la Iglesia católica.
«Todos los días en los periódicos (se lee que) de tal virgencita se llevaron las joyas, de tal santo se llevaron sus bienes. ¿Y quién maneja la llave de esa iglesia? Son los obispos y saben los obispos quién entra y quién sale, por tanto saben quién saca las joyas», sostuvo Morales.
Agregó que Terrazas «no solamente tiene que hacer devolver las joyas» sino que él y la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) tienen «la obligación» de imponer «un castigo severo para que nunca más algunos obispos roben».
Morales no presentó pruebas de su acusación pero pareció aludir al caso del párroco del pueblo de Tinguipaya, en la región andina de Potosí, detenido la semana pasada por el supuesto robo de joyas de ese templo en 2011, y que es hermano de un obispo.
La policía informó hoy a los medios sobre la detención de seis personas que estarían implicadas en el robo de las joyas de la virgen de Copacabana, entre las cuales supuestamente figuran tres sacerdotes y un policía.
Las declaraciones del gobernante ocurren un día después de que la CEB pidiera ayuda al Estado para preservar el patrimonio histórico, religioso y cultural de sus templos y santuarios frente a la ola de robos perpetrados en los últimos meses.
La iglesia católica señaló en un comunicado que hace lo posible para cuidar estos bienes, pero «en la práctica no tiene la ayuda técnica, ni económica necesaria para la seguridad interna de los templos y lugares abiertos al público, que sería deseable obtener del Gobierno y otras instituciones».
(RD/Agencias)