La arquidiócesis pagó en 2007 la cantidad de 660 millones de dólares a las víctimas y familiares de más de 600 casos y recientemente pagó otros millones a casos particulares
El polémico arzobispo emérito de Los Angeles, cardenal Roger Mahony, a quien su sucesor, José Gómez, había prohibido toda actividad pública por su vinculación con casos de abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes, ha vuelto a presidir celebraciones. Sin el permiso del ordinario del lugar, y bajo la excusa de rehabilitarse. Y de que, en el caso de un cardenal, sólo el Papa puede confirmar una sanción.
Según Los Angeles Times, en enero pasado Gómez envió una circular a los más de cuatro millones de católicos en la región, en la que parecía descartar cualquier lugar visible de Mahony en la arquidiócesis.
Tomando nota de que el cardenal había «expresado su tristeza por su fracaso para proteger a los jóvenes confiados a su cuidado», Gómez dijo a los fieles: «A partir de ahora, me he informado que el cardenal Mahony ya no tendrá ningún derecho administrativo o público».
Mahony encabezó por décadas la arquidiócesis de Los Angeles en tiempos en los que brotaron decenas de denuncias de abusos sexuales de sacerdotes contra menores de edad. Con el fin de resolver demandas, la arquidiócesis pagó en 2007 la cantidad de 660 millones de dólares a las víctimas y familiares de más de 600 casos y recientemente pagó otros millones a casos particulares.
Sin embargo y después de lo que el diario calificó como un reproche para Mahony, él ha tomado una actitud activa y de mayor relevancia al asistir al conclave en El Vaticano y con confirmaciones en Los Angeles. «Mahony está realizando lo que muchos creen es un tour de rehabilitación. Está de vuelta haciendo confirmaciones. Desde Pascua ha oficiado en ocho servicios, incluyendo uno la semana pasada en el que ungió a más de 120 jóvenes en la parroquia Wilmington», citó el diario.
Su presencia ha causado controversia, ya que algunos padres amenazan con sacar a sus hijos de las liturgias y al menos un párroco pidió que Mahony no asistiera, apuntó el diario. También se han planteado interrogantes sobre por qué la reprensión de Gómez a Mahony, un hecho sin precedentes que le valió elogios de las víctimas y sus simpatizantes, tuvo tan poco efecto duradero.
Desde su regreso de Roma, Mahony ha defendido la reforma de inmigración, además de exponer diversas ideas a través de su página en las redes sociales. Bajo el derecho canónico, Gómez no tenía autoridad para castigar a Roger Mahony (sólo el Papa puede sancionar a un cardenal), anotó el diario.
Nicholas P. Cafardi, especialista en derecho canónico en la Universidad de Duquesne, señaló que con las confirmaciones «por supuesto que se puede deducir que Gómez ha cambiado de opinión». El arzobispo Gómez no quiso hacer comentarios. Una portavoz consultada por el diario dijo que se había cancelado su agenda de confirmación en enero, pero que fue Mahony quien optó por reanudarla.
(Rd/Agencias)