El cardenal de Madrid asegura que "el pulso de la juventud católica es cada vez más fuerte"
La policía brasileña dispersó hoy con gases lacrimógenos una manifestación de cientos de personas frente a la residencia del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral. Los manifestantes pedían la dimisión de Cabral y también gritaron consignas para protestar por el gasto público que han destinado las autoridades brasileñas para la visita del Papa Francisco, que llegará a esta ciudad el próximo lunes.
«Del Papa prescindo, quiero mi dinero para la salud y educación», gritaron los manifestantes, una consigna similar a las que se proferían el pasado junio contra la FIFA y el despilfarro en la organización de la Copa Confederaciones y el Mundial de 2014.
Un grupo prendió fuego a un muñeco que representaba a Cabral en la esquina de la calle Arístides Espínola, donde reside el gobernador, con el paseo marítimo que recorre las playas de Ipanema y Leblon.
La protesta obligó a cortar el tráfico de vehículos por la avenida vecina a la playa durante varias horas.
En las últimas semanas la residencia de Cabral, ubicada en el barrio Leblon, el más adinerado de Río, ha sido el principal blanco de las protestas en la ciudad.
Los manifestantes critican al gobernador por la violencia de la policía en la represión de las protestas y también lo acusan por supuestos indicios de corrupción, de los que no hay pruebas.
Rouco, tranquilo
El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, afirmó hoy que no teme las manifestaciones que puedan tener lugar durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará en Río de Janeiro del 23 al 28 de julio y estará presidida por el papa Francisco.
En declaraciones a la edición digital del periódico «Folha de São Paulo», Rouco Varela, quien estuvo al frente de la JMJ celebrada en Madrid en 2011, dijo que confía «en Dios, en la fraternidad del pueblo brasileño, en los responsables de la sociedad y de la política» para que la Jornada sea un éxito.
Rouco Varela comparó las protestas en Brasil con las que hubo en Madrid en 2011 y dijo que «en ningún momento los ‘indignados’ madrileños (manifestantes que clamaban contra la corrupción y el desempleo en España, entre otros temas) fueron un obstáculo para el desarrollo de la JMJ», describiéndolos como «pequeños grupos, no grandes multitudes».
«Llevamos adelante nuestro programa, dialogando con los representantes, sobre todo con las autoridades, pero también con ellos (los manifestantes)», afirmó.
El arzobispo se encuentra en São Paulo, donde hoy ofició una misa, participando de la «Semana Misionera», un evento que tiene lugar en diócesis de todo Brasil hasta el próximo sábado como previa de la JMJ.
Según Rouco Varela, los cerca de 2 millones de visitantes que se esperan para la JMJ «van a recibir una experiencia muy profunda, muy espiritual y reparadora por parte del papa» y afirmó que «el pulso de la juventud católica es cada vez más fuerte».
El grupo Anonymous Río convocó hoy una manifestación para el próximo lunes a las puertas del palacio Guanabara, donde la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, recibirá al papa Francisco, para protestar contra el gasto público por el viaje del pontífice.
La protesta fue convocada en la página de Facebook del grupo, en la que se denuncia que la visita papal le costará a las arcas públicas 180 millones de reales (unos 82 millones de dólares). (RD/Agencias)