En "La Balsa" se atiende a menores (niños, adolescentes y jóvenes), chicos y chicas de la calle, en riesgo social y afectados por maltrato físico y emocional, abusos sexuales, trabajo infantil, mendicidad, embarazos, prostitución o consumo de drogas
(Jesús Bastante).- En los últimos seis meses, Buenos Aires parece haberse convertido en el centro del mundo. El 13 de marzo era elegido Obispo de Roma Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de la capital argentina, donde el próximo 7 de septiembre se decidirá la sede de los Juegos Olímpicos de 2020, donde Madrid es la gran candidata. Una posibilidad -en dura pugna con Tokio y Estambul- que cuenta con múltiples apoyos, incluso de la Iglesia.
La pasada semana, el presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, Ángel García, viajó a Buenos Aires para rendir visita a las decenas de proyectos que, desde hace más de una década, esta ONG gestiona en Argentina. Entre ellos, el de «La Balsa», donde se atiende a menores (niños, adolescentes y jóvenes), chicos y chicas de la calle, en riesgo social y afectados por maltrato físico y emocional, abusos sexuales, trabajo infantil, mendicidad, abandono, embarazos, prostitución o consumo de drogas.
Un proyecto que también tiene en el deporte una de sus bases, y que apoyó en su día el hoy Papa Francisco. Su sucesor en Baires, Mario Poli, recibió al padre Ángel, quien le hizo entrega de una camiseta de la candidatura olímpica de Madrid 2020. Ambos coincidieron en la necesidad de que una plataforma como los Juegos Olímpicos sirvan como altavoz para dar a conocer la situación en la que viven millones de niños en todo el mundo. También en Argentina y España.
«Las de Madrid también pueden ser las Olimpiadas de la Solidaridad. El deporte, y en especial las Olimpiadas, nos unen como seres humanos, miembros de la misma familia y eso nos hace más solidario», subrayó el padre Ángel. «Una oportunidad como la que, si Dios quiere, nos encontraremos en Madrid, debe servir para convertir a la capital del España en la capital del deporte, pero también en la capital de la Solidaridad«.
Serán muchos los ojos que miren a Buenos Aires el próximo 7 de septiembre. Una mirada que no debe apartarse de los que más sufren y a los que Mensajeros de la Paz y otras ONG -en su mayor parte gracias a la labor callada de millones y mujeres de fe- ofrecen una oportunidad para superarse. Para ir más alto, más lejos, más fuerte. Como el lema olímpico que, eso esperamos, recorrerá Madrid dentro de siete años. Una Olimpiada de la Solidaridad.