El reciente éxodo masivo de anglicanos a la Iglesia Católica y la aproximación con los ortodoxos, indican una coyuntura poco favorable a la revisión del sacerdocio, reservado a los hombres
(José M. Vidal).- El padre Luis Correa Lima, jesuita brasileño,teólogo, doctor en Historia y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro siguió, en vido y en directo, el impacto de la visita de Francisco a la JMJ de Rio, a la que califica de «vendaval del bien». Recuerda sus mensajes y gestos de mayor impacto, como el de bajar las ventanillas de su pequeño coche. Convencido de que con Francisco llega una nueva era a la Iglesia, a pesar de las resistencias de los «conservadores, que no expresas su descontento por obediencia».
¿Qué les llevó y qué les dejó el Papa en su reciente visita a Brasil?
Fue un vendabal del bien: la movilización de los peregrinos, la colaboración y la generosidad de las parroquias y las familias que los acogieron; la grandiosidad, la belleza y la compenetración de las celebraciones; el ambiente fraterno que se creó en la ciudad; y la delicadeza y la firmeza de la persona y del mensaje del Papa.
De sus múltiples mensajes, ¿cuál fue el que más le impactó?
El de la favela de Varginha, cuando reconoció la solidaridad de los pueblos humildes; el mensaje a los jóvenes argentinos, para que «hagan alboroto»; el de la Catedral de Río, de que la Iglesia y los jóvenes salgan a la calle; el que dirigió a los obispos brasileños, para que demos respuesta oportunas, y no infantiles, a los hombres de hoy; y el que dirigió a los obispos latinoamericanos, por una Iglesia no clericalista.
¿Qué gesto del Papa se le quedó grabado?
El deseo de cercanía con las personas. El gesto de bajar la ventanilla del coche se volvió un ejemplo que ahora se espera de los políticos.
¿El mensaje social predominó sobre el moral?
Sí, como él mismo lo dijo en la entrevista que concedió al regresar a Roma. Su foco no está en reiterar prohibiciones en el campo de la moral sexual, sino en buscar lo que abre camino a las personas, y a los jóvenes en especial.
Parece clara su opción por los pobres. ¿Rehabilitará a la Teología de la Liberación?
Sin duda. La práctica y el contenido de sus discursos están en esa línea, no es necesario que mencione la Teología de la Liberación.
¿Le hubiese gustado que recibiese a Leonardo Boff o que fuese a visitar a Casaldáliga?
Si, pero entiendo las limitaciones de la agenda papal y las presiones que puede haber. Me alegra ver el entusiasmo de Boff y de Casaldáliga con el Papa Francisco.
¿El hecho de que no se arrodillase ante la Virgen de Aparecida puede interpretarse como un signo ecuménico de respeto a los evangélicos?
No creo, pero pienso que Francisco es sensible al diálogo ecuménico e inter-religioso.
¿El cambio de aires romano se está notando ya entre la jerarquía brasileña?
Sí. Parece que hay un mayor interés de la jerarquía por las poblaciones pobres de la ciudad, y se comenta por aquí que el ambiente del Vaticano está menos formal.
¿Le sorprendió que, a la vuelta, con los periodistas en el avión, diese por cerrado el tema del sacerdocio de la mujer?
No. Los cambios en la Iglesia muchas veces son lentos. El reciente éxodo masivo de anglicanos a la Iglesia Católica y la aproximación con los ortodoxos, indican una coyuntura poco favorable a la revisión del sacerdocio, reservado a los hombres.
¿La Compañía está cerrando filas con el primer Papa jesuita?
Nunca imaginé que viviría para llegar a ver a un Papa jesuita. Todavía menos con el nombre de Francisco, que evoca simplicidad, amor a los pobres y a la naturaleza, y reforma de la Iglesia. Y él está siguiendo este camino, de modo que entusiasmará tanto a los católicos como a los no católicos. La Compañía siempre procura servir la misión de la Iglesia obedeciendo al Papa, quien quiera que sea. Y con relación al Papa Francisco, siento un entusiasmo contagiante dentro y fuera de la Caompañía.
¿Le dejarán realizar las reformas que proyecta? ¿Quiénes son, a su juicio, sus principales enemigos internos y externos?
Cierto es que muchas de las cosas que él hace o dice no agradan a varios segmentos, pero hasta ahora sólo he visto oposición abierta en grupos ultraconservadores. Creo que los conservadores descontentos no se van a manifestar públicamente, aunque sea porque aprecian la obediencia al Papa. Francisco está contagiando a la Iglesia con espíritu de reforma, así que creo que este proceso no tiene vuelta atrás. Él mismo y sus sucesores tendrán que trabajar este camino.