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Una mujer se encuentra retenida por la Policía Nacional de Panamá por su supuesta vinculación con el homicidio del sacerdote español Aníbal Gómez, mientras prosiguen las investigaciones por parte del Ministerio Público y de la Dirección de Investigación Judicial, informaron hoy fuentes policiales.
La mujer, identificada como María Castillo, trabajaba como doméstica en la residencia del obispo emérito Carlos María Áriz, donde Gómez (de 67 años de edad y de origen asturiano) fue asesinado el miércoles, dijo hoy a Efe un portavoz de la Policía Nacional.
Por su parte, un portavoz del Ministerio Público panameño declaró a Efe que aún no se le han formulado cargos a Castillo, y que se investiga a otras dos personas, una de ellas la pareja sentimental de la mujer.
El cuerpo de Gómez, atado y con señales de haber sido golpeado, fue hallado el miércoles por una doméstica, al parecer la misma que se encuentra bajo custodia de las autoridades.
El homicidio ocurrió el mismo miércoles en la casa del obispo emérito, en la que se hospedaba Gómez, ubicada en la ciudad atlántica de Colón, a 80 kilómetros al norte de la capital panameña.
Este viernes se celebran en Colón dos misas en memoria del sacerdote, quien llevaba 20 años residiendo en Panamá y estaba vinculado a varias campañas benéficas.
Una guardia de honor, conformada por policías, y decenas de personas acongojadas recibieron hoy el féretro con los restos del padre español Aníbal Gómez, para darle cristiana sepultura.
En la homilía, el sacerdote que ofició la misa, padre Teófilo Rodríguez, pidió perdón para los responsables del homicidio, aunque admite que la última palabra la tiene Dios.
El religioso expresó preocupación porque Colón vive momentos difíciles debido a la violencia, puesto que después del asesinato del padre Gómez, se registraron 3 hechos violentos más. Esto, a su juicio, no puede pasar desaparecibido.
«Como que tuviéramos que hacer un exorcismo a la violencia, porque del corazón del hombre se ha ido el temor a Dios. No podemos quedarnos con los brazos cruzados, la última palabra la tiene siempre el Señor».
La misa tuvo lugar en la parroquia Santa María de Jesús, de la cual el padre Gómez, era cura párroco y ofició infinidad de homilías y fue confesor de feligreses. El sacerdote de 67 años, llevaba más de 20 años de labor pastoral en Panamá.
Sobre el ataúd fue colocada una sotana blanca, mientras en una mesita cerca del féretro y de cara al público, fue situada una fotografía del religioso.
Una vez concluyó la misa de cuerpo presente, los religiosos se sumaron al llamado del padre Teófilo Rodríguez, al pedir mayor seguridad.
También pedían justicia porque el padre Gómez era un hombre de Dios, que no merecía morir asesinado.
«Erámos como una familia con él», «Dios lo acoja en su seno y desde el cielo esté siempre con nosotros», decían los feligreses.
En declaraciones ante las autoridades, la mujer detenida como sospechosa identificó a su pareja como el autor material del crimen. (RD/Agencias)