El arzobispo emérito de Mendoza vino a Rosario enviado por la Nunciatura después de que algunas personas enviaran por alguna razón una serie de quejas. Y la Santa Sede prefiere ver las cosas como son
La Nunciatura Apostólica confirmó ayer que la arquidiócesis de Rosario está siendo investigada por la Santa Sede y aseguró que el arzobispo José María Arancibia elevará en breve un informe al Vaticano de las actuaciones que realizó en la jurisdicción eclesiástica a cargo de monseñor José Luis Mollaghan.
La representación diplomática precisó en un comunicado que «por encargo de la Congregación para los Obispos» del Vaticano, monseñor Arancibia realizó una «visita fraterna a la arquidiócesis de Rosario con la finalidad de recoger informaciones sobre su actual situación pastoral».
El comunicado oficial, difundido a través de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), advirtió que entre «el 18 y el 22 de noviembre y el 10 y el 13 de diciembre, monseñor José María Arancibia, arzobispo emérito de Mendoza, por encargo de la Congregación para los Obispos, ha hecho una visita fraterna a la Arquidiócesis de Rosario con la finalidad de recoger informaciones sobre su actual situación pastoral».
El documento señala que «el resultado de la visita será transmitido a la Santa Sede y, por lo tanto, todos han de abstenerse de sacar conclusiones y de emitir juicios anticipados, que serían imprudentes e injustos».
Luego de que empezara a surgir información sobre las causas por las cuales el Vaticano decidió abrir una auditoría en el Arzobispado de Rosario, monseñor Mollaghan se mostró molesto con los medios de comunicación, a los que acusó de publicar noticias «provocativas y maliciosas».
El sábado pasado, la agencia DyN reveló que la Arquidiócesis de Rosario estaba «intervenida» por orden del Vaticano. Mollaghan rechazó esa versión y confió a LA NACION que se lo había preguntado expresamente a monseñor José María Arancibia, encargado de la auditoría. «Él me contestó que de ninguna manera se había ordenado una intervención», afirmó Mollaghan.
«El arzobispo emérito de Mendoza vino a Rosario enviado por la Nunciatura después de que algunas personas enviaran por alguna razón una serie de quejas. Y la Santa Sede prefiere ver las cosas como son», explicó la máxima autoridad de la Iglesia Católica local.
El arzobispo de Rosario tiene 67 años y le quedan ocho años de carrera episcopal. Monseñor Mollaghan es arzobispo de Rosario desde el 18 de marzo de 2006, cuando sucedió a monseñor Eduardo Mirás, y fue elegido a pesar de que su nombre no figuraba en la terna elevada al Vaticano.
En la «visita fraterna» que realizó el ex arzobispo de Mendoza, quien investigó en 1994 a Edgardo Storni, el ex arzobispo de Santa Fe procesado por abuso sexual a seminaristas, la auditoría se centra en cierta «desprolijidad de las cuentas de la arquidiócesis».
El punto más conflictivo lo protagoniza el ex titular de Cáritas Osvaldo Bufarini. Este presbítero estaba al frente de la radio Asunción, que está ubicada en la localidad de Arroyo Seco y pertenece al Arzobispado de Rosario. Bufarini fue desplazado por el propio Mollaghan cuando comenzaron a aparecer algunas imputaciones -que luego se reflejaron en causas que se abrieron en la justicia provincial- sobre presuntas irregularidades en el manejo de los fondos.
(RD/Agencias)