La violencia deja un promedio de 20 muertes diarias en Honduras, país que además sufre de otros flagelos, como la pobreza, el desempleo y la desigualdad
El cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga presidió hoy el inicio de una oración de 40 horas para pedir a Dios por el bienestar de Honduras en 2014.
«Oramos por todos para que Dios bendiga a Honduras y que cese la violencia«, subrayó el religioso hondureño durante el inicio de la jornada en la catedral de Tegucigalpa a las 05.00 hora local (11:00 GMT).
La violencia deja un promedio de 20 muertes diarias en Honduras, país que además sufre de otros flagelos, como la pobreza, el desempleo y la desigualdad.
En la jornada de oración participan representantes de diversas parroquias, según explicó el cardenal.
Rodríguez enfatizó que en Honduras solamente habrá igualdad si hay solidaridad para servir al prójimo necesitado.
Agregó que en el «dar y recibir» se ejercita «el verdadero amor», y que «Honduras debe ser más solidaria», lo mismo que el nuevo Gobierno que asumirá el 27 de enero de 2014.
En su opinión, los hondureños deben recibir el nuevo año «con esperanza», y gobernantes y gobernados deben hacer todo lo que esté a su alcance para que el país centroamericano salga adelante de la crisis económica y social que atraviesa.
«Quisiera que hoy, al final de este día, todos tuviésemos un momento de reflexión, de silencio, de oración, para pedir perdón si hemos hecho algo malo en el año, y sobre todo para pedir misericordia, fortaleza y amor para empezar un año nuevo con entusiasmo, con alegría para hacer el bien», enfatizó.
El cardenal, quien además es el arzobispo de Tegucigalpa, también indicó que en una carta enviada a los obispos el papa Francisco les ha recordado que «no es la economía la que va a salvar a la humanidad, sino el señor Jesús», y que ese mensaje es «como un gran programa de acción» basado en la fe en Dios.
«Honduras no puede seguir en esta postración«, recalcó Rodríguez al recordar otro mensaje del sumo pontífice, de que «el mundo no puede ser salvado por préstamos, ni por decisiones de los organismos financieros internacionales, sino solamente puede ser salvado por una solidaridad activa». (RD/Agencias)