Una bahiana que se dedicó a hacer el bien a los que más lo necesitaban, que se volvió ejemplo de amor y fe para el mundo
(Luis Miguel Modino).- Se cumplen cien años del nacimiento de una de las mujeres más significativas en la historia de la Iglesia Católica Brasileña, la hermana Dulce, conocida como el ángel bueno de Bahia.
Nació en Salvador con el nombre de Maria Rita Sousa Brito Lopes Pontes, donde también murió el 13 de marzo de 1992.
Desde muy joven tuvo una preocupación especial por los más pobres, actitud que le acompañó a lo largo de su vida. Ya en la adolescencia llenaba la casa de sus padres de pobres y enfermos y con el paso del tiempo construiría una de las obras sociales más importantes del país, donde son atendidas más de cinco mil personas cada día. Para ello no dudó en ir de puerta en puerta pidiendo ayuda para que esto pudiese ser una realidad.
El 8 de febrero de 1933 entró en la congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios. Su primera misión sería ser profesora en un colegio de la congregación, pero su pensamiento estaba al lado de los pobres y por eso empieza a ayudar a los excluidos de la periferia de Salvador. Poco después funda el primer movimiento cristiano de trabajadores del estado de Bahia y un colegio donde pudiesen estudiar los trabajadores y sus hijos.
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