Este momento es importante para el crecimiento de esta que es nuestra universidad, en la que no queremos sentir miedo ni exclusión, y por ello confirmamos nuestro compromiso por construir una UC más solidaria y libre cada día
Más de 200 estudiantes de la Universidad Católica protestaron contra el despido del sacerdote jesuita Jorge Costadoat como profesor de la Facultad de Teología. Ricardo Ezzati, Gran Canciller, no revocó su misión canónica el pasado 12 de marzo, hecho que ha causado cuestionamientos desde varios grupos del establecimiento.
Karla Huerta, presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Teología de la institución indicó en CNN Chile que monseñor Ezzati debe esclarecer los argumentos para desvincular al académico «por justicia». Esto porque mediante una carta el Gran Canciller afirmó que Costadoat «registra afirmaciones poco prudentes que desdibujaban la enseñanza magisterial de la Iglesia en diversos puntos centrales», pero no ahondó en las razones concretas.
La estudiante aseguró, sin embargo, que no es la primera vez que se despide a un educador sin expresar las razones con claridad.
Este es el texto de Académicos de la UC
Estimados profesores:
Este lunes 30 de mazo en la tarde nos reunimos en San Joaquín para conversar sobre el caso del profesor Jorge Costadoat.
Tuvimos un encuentro de cerca de una hora y media en el que pudimos expresarnos con entera libertad acerca de los acontecimientos que se han desarrollado a partir de la decisión del Gran Canciller de no renovar la Misión Canónica a Jorge Costadoat, noticia que le fue comunicada por Monseñor Ezzati el día 12 de marzo.
Tuvimos la oportunidad de comentar los hechos y las acciones que hemos emprendido para manifestar el desacuerdo con la medida que ha tomado el Gran Canciller, con plena conciencia del alcance de sus atribuciones pero también de la gravedad que esta medida tiene para el desarrollo de la actividad universitaria. Coincidimos en el hecho de que la no renovación de la misión canónica no afecta solo a la Facultad de Teología y al profesor Costadoat, sino a la Universidad Católica en su totalidad y representa un obstáculo para el mejor desempeño de su tarea de servicio al país.
Resulta preocupante en primer lugar la puesta en cuestión de la actividad docente del profesor Costadoat pues no parecen claros los argumentos esgrimidos para justificar la decisión del Gran Canciller. Compartimos la idea de que Jorge Costadoat ha trabajado con rigor como teólogo y profesor y en esta apreciación nos fundamos en la evidencia de que la renovación de la misión canónica fue solicitada por la Facultad que evaluó previamente el trabajo del profesor considerándolo adecuado para solicitar esa misión.
En ese sentido, la Declaración que Académicos UC hizo sobre este caso, y que ha sido firmada ya por 172 profesores, sintetiza nuestra posición común de académicos conscientes de sus deberes y derechos que ven que este caso pone en cuestión la libertad académica y la libertad de cátedra. No podemos ni queremos permanecer indiferentes frente a lo que sucede con un profesor de nuestra universidad que es parte de nuestra comunidad y no pierde esa condición por trabajar en el marco de la normativa que rige la Facultad de Teología.
Fue recurrente en nuestra discusión el cuestionamiento a la idea de encapsular esta decisión como algo que afecta solo a Teología, pues nos damos cuenta de que genera un clima interno diferente en el que resurgen miedos y desconfianzas, y un clima externo en donde se daña fuertemente la imagen de la Universidad Católica y su vocación pública.
Se planteó que al interior de la Facultad de Teología existen tensiones que no se deben ni pueden resolver con la salida del profesor Costadoat, y se insistió en el derecho que como académicos tenemos al disenso y a la crítica de las medidas que nos parecen equivocadas o injustificadas.
A lo largo de la reunión se comentaron diversas cartas y declaraciones aparecidas en diversos medios. En especial nos detuvimos en la carta del Rector Sánchez publicada en El Mercurio el domingo 29 de marzo, en la que manifiesta y acoge la preocupación mostrada por parte de la comunidad universitaria en el caso del profesor Costadoat. Junto con esta apreciación de dicha carta, se compartió el sentimiento de cierta sorpresa frente a la comunicación interna vía e mail del día siguiente pidiendo tratar estos asuntos dentro de la UC. Hubo acuerdo muy amplio en que este caso es de alcance público, como lo es la defensa de la libertad de cátedra y la prevención contra cualquier forma de amenaza para ella. Por ello acordamos seguir actuando con decisión y continuar compartiendo públicamente nuestros argumentos, para resguardar al profesor Costadoat, que ha sido sometido a un cuestionamiento y a acusaciones que no parecen fundadas ni explicadas a la comunidad universitaria y a la sociedad. Buscaremos generar espacios donde se puedan exponer las razones de nuestra solidaridad con el profesor Costadoat, y al mismo tiempo promover iniciativas tendientes a debatir en nuestra universidad los alcances de la libertad académica y la libertad de cátedra, nuestra función pública y nuestra contribución a la reforma de la educación superior desde un sólido compromiso con la libertad.
Acordamos difundir aún más la Declaración entre los profesores de la universidad y plantearnos la publicación de ella en unos días más. También se invitó a que libremente quienes quisieran se uniesen a otras manifestaciones de apoyo al profesor Costadoat ,como la carta surgida de la comunidad académica de la Universidad Alberto Hurtado.
Terminamos confirmando que este momento es importante para el crecimiento de esta que es nuestra universidad, en la que no queremos sentir miedo ni exclusión, y por ello confirmamos nuestro compromiso por construir una UC más solidaria y libre cada día.
Académicos UC