El Nuncio en Brasil se mostraba feliz por poder hacer presente al Papa Francisco en medio de los indígenas del Río Negro, donde descubrió una gran fe, en una Iglesia que vive la unidad en la diversidad de etnias
(Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en Brasil).- La evangelización de la región amazónica fue encomendada tradicionalmente por la Santa Sede a diferentes congregaciones religiosas, a través de Prefecturas Apostólicas, Prelaturas y Diócesis. El extremo noroccidental de Brasil, fue confiado a los salesianos, donde llegaron en 1915 para hacerse cargo de la Prefectura Apostólica del Río Negro, estableciendo su sede en São Gabriel da Cachoeira, que en la época no pasaba de un pequeño aglomerado de casas.
Las crónicas del padre Giovanni Balzola, quien comandó la llegada de los primeros salesianos en las tierras del Alto Río Negro, nos cuentan cómo fueron los inicios de la nueva misión: «São Gabriel es la villa más importante de aquellas remotas tierras… Llegamos allí, felizmente, el día 21 de mayo, en la víspera de la fiesta de Nuestra Señor Auxiliadora, en cuanto todos los pobladores de los alrededores estaban juntándose para la Fiesta del Espíritu Santo, que suele ser celebrada con toda la solemnidad posible».
«El de la fiesta cantamos solemnemente la Santa Misa; éramos dos: yo desde el altar y el padre Solari desde el coro. El padre Solari hizo también la homilía en honor de Nuestra Señora Auxiliadora. Al final rezamos el acto de consagración de la nueva Prefectura Apostólica a María Señora Auxiliadora y a todos distribuí estampas y medallas de esta nuestra queridísima Madre. Así, la fecha del centenario de Nuestra Señora será unida a la historia de la nueva misión. La Iglesia en la que fue realizada la fiesta no podía ser más pobre o más humilde: hecha de palos y barro, no supera los 8 metros de largo por 4 de ancho. El suelo es de tierra, ni nivelado, sin puertas, sin ventanas; de noche, muchas veces, es abrigo de algún animal; exactamente, yo pensaba, como la gruta de Belén».
Poco años después de la llegada de los Salesianos vendrán para acompañar el trabajo de los misioneros, las Hijas de María Auxiliadora. Juntos llevarán a cabo un trabajo evangelizador abriendo escuelas, oratorios, centros para la juventud, hospitales, parroquias, obras para jóvenes en situación de riesgo, centros profesionales…, buscando la promoción de la educación como instrumento de desarrollo humano.
Los actos del centenario han tenido su momento culminante en la celebración de la Solemnidad de Pentecostés, el 24 de mayo, día en que la Iglesia celebra la fiesta de María Auxiliadora, advocación de profunda raigambre para la familia salesiana y entre los pueblos Río Negro, y en el que se completaba exactamente un siglo de la primera misa celebrada por los misioneros recién llegados. Esta celebración ha sido presidida por Monseñor Giovanni D´Aniello, «Nuncio en Brasil de nuestro queridísimo Papa Francisco», como decía Monseñor Edson Damian, obispo local, en sus palabras de acogida.
Este momento ha venido precedido de unos días de fiesta, en los que la Iglesia del Río Negro, con la presencia de un buen número de salesianos e hijas de María Auxiliadora, llegados de diferentes puntos de Brasil, ha organizado diversos actos conmemorativos, tanto en la sede como en diversas comunidades de la diócesis.
Para leer el artículo completo, pincha aquí: