Sequías, lluvias torrenciales, catástrofes naturales… mientras la defensa del agua es una obligación de todos
(Miguel Modino).- «Defender las aguas, un derecho Sagrado» ha sido el tema de la 38ª Romería de la Tierra y las Aguas, celebrada este fin de semana en torno del Santuario de Bom Jesus da Lapa, en las márgenes del Río San Francisco, el mayor curso fluvial del Nordeste Brasileño, que poco a poco se está muriendo.
Pensar que en Brasil falta agua puede resultar extraño para muchos, viendo la abundancia del líquido elemento en la región amazónica. Pero como señala la Encíclica Laudato Sii, «en algunos países hay regiones con abundante agua y al mismo tiempo otras que padecen grave escasez«.
Esa es, de hecho, la realidad brasileña, como constataba la CPT (Comisión Pastoral de la Tierra, por sus siglas en portugués), en la Carta de convocatoria de la Romería, haciendo ver algunas situaciones preocupantes que están teniendo lugar dentro del territorio brasileño, lo que se traduce en sequías, lluvias torrenciales, catástrofes naturales…, todo consecuencia de intervenciones humanas desde la falta de conocimiento o el interés en conseguir lucro fácil. Desde aquí surge la pregunta: ¿A dónde llegaremos en esta dirección?
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