Compartimos el dolor y sufrimiento de las familias que han sido divididas
Episcopado colombiano expresa solidaridad con las familias colombianas que han sido deportados de Venezuela, invita a la solidaridad del pueblo colombiano y exhorta a las autoridades de los dos países para que a través del diálogo y la concertación encuentren caminos para solucionar esta crisis.
Así se manifestó durante una rueda de prensa donde se dio lectura a un comunicado emitido por el presidente del episcopado, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga.
«Compartimos el dolor y sufrimiento de las familias que han sido divididas, despojadas de sus bienes, heridas en su dignidad, muchas de las cuales han sido objeto de tratos inhumanos«, señala el comunicado.
Al referirse a la atención a estas familias, los obispos destacan el acompañamiento de la diócesis de Cúcuta, en cabeza de monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, de algunos organismos gubernamentales y civiles que se han unido para mitigar el sufrimiento de los retornados.
Así mismo se hace llamado a la comunidad internacional para «asumir un compromiso de más cercanía con las personas afectadas». Finalmente invitan a todos los creyentes para que se unan en oración, practiquen la caridad y eleven sus plegarias por el pronto restablecimiento de las relaciones entre los dos pueblos hermanos.
Texto completo del Comunicado del presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana
La Conferencia Episcopal de Colombia manifiesta su solidaridad con las
numerosas familias colombianas que en los últimos días han retornado
al país a causa de las recientes medidas tomadas por el gobierno venezolano.
La Iglesia Católica en Colombia comparte el dolor y sufrimiento de las
familias que han sido divididas, despojadas de sus bienes, heridas en
su dignidad, muchas de las cuales han sido objeto de tratos inhumanos.
Valoramos la atención y acompañamiento que con gran esfuerzo y generosidad adelanta la Diócesis de Cúcuta en cabeza de su pastor,
Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, así como de algunos organismos gubernamentales y civiles, que se han unido para mitigar
el sufrimiento de los retornados y atender las necesidades básicas.
Invitamos al pueblo colombiano a ejercer la solidaridad con todos los
esfuerzos encaminados a brindar a estas familias la ayuda necesaria,
para hacer frente a su difícil situación.
Exhortamos a las autoridades de Colombia y Venezuela a encontrar caminos para solucionar esta crisis mediante el diálogo y la concertación.
A la comunidad internacional, la invitamos a asumir un compromiso
de más cercanía con las personas afectadas por esta adversa realidad
humanitaria.
Hacemos un llamado a todos los creyentes, hombres y mujeres de buena voluntad, para que se unan en la oración, practiquen la
caridad con quienes necesitan hoy de nuestra ayuda y eleven sus
plegarias a Dios por el pronto restablecimiento de las relaciones de
fraternidad entre los pueblos hermanos de Colombia y Venezuela.
(R/Agencias)