Todos los ex curas consultados coinciden en que en el corto plazo, no habrá cambios en el voto del celibato. "Aunque hay gestos saludables, creo que por mucho tiempo no se va a dar"
(Clarín).- «Soltería, especialmente la de quien ha hecho voto de castidad». Así define al celibato la Real Academia Española. Pero cada sacerdote le da su propia definición al hacerlo carne. El Papa Francisco dijo en el 2014 que es una «regla de vida», y agregó: «Para una discusión están las puertas abiertas, pero en este momento son otros los temas sobre la mesa».
El reclamo de un debate sobre el celibato regresó el lunes pasado a raíz del documental «Las cartas secretas de Juan Pablo II«, publicado por la BBC.
El trabajo muestra fotos y escritos que el Papa intercambió entre 1973 y 2005 con Anna-Teresa Tymieniecka, una filósofa polaca que vivió en Estados Unidos. Según el periodista británico de la BBC, Edward Stourton, ambos fueron «más que amigos pero menos que amantes»; él explica que mientras Anna-Teresa demostraba sus «intensos sentimientos», el Papa polaco habría tratado de dar una dirección más amigable a la relación.
Cada uno saca su propia conclusión sobre lo que habrá pasado. Pero hay cinco hombres que tienen una mirada particular porque fueron curas y hoy son padres, esposos o estan en pareja. Ellos dejaron el celibato y creen en la necesidad de modificar ese voto que una vez hicieron.
«Los hombres estamos hechos para una pareja, para vincularnos afectivamente, es muy duro, no sólo ser cura sino célibe», explica Horacio Fábregas, quien se enamoró siendo cura y hoy es divorciado y padre de dos hijas. «Lo del Papa me pareció muy simpático, ojalá haya tenido una mina y haya sido feliz». Horacio rompió el celibato y no le parecería mal si el ex Papa hubiese hecho lo mismo.
«Bien vivido es una riqueza», cuenta Juan Carlos Ferrucci, cuando se le pregunta sobre el celibato. «Yo no lo pude vivir, sentía mucha soledad». Peto, como le dicen, tiene 48 años y durante una década fue cura en San Isidro pero, antes de mandarse una «macana», se apartó. Él cree que quienes consagran su vida son «signo de un amor más grande». Pero entiende que no es para todos y que por eso debería ser optativo.
Para Adrián Vitali «las cartas de Juan Pablo II son una forma de vivir la sexualidad y los fragmentos revelan sentimientos que necesariamente involucran al cuerpo». El estudió, se recibió y duró tres años como cura. Entretanto se puso de novio -en secreto- y después decidió dejar los hábitos. Aún cree en Jesús pero ya no se siente representado por la iglesia a la que solo fue para casarse (una vez recibida la dispensa) y a veces va para acompañar a su esposa a misa.
Guillermo Schefer siempre estuvo en el Servicio Penitenciario Federal, pero sus funciones cambiaron: primero fue capellán y después trabajador social. Entremedio lo que cambió fue su estado: de cura a laico, de párroco a padre de dos niñas. «Nunca me planteé una doble vida», rescata Guillermo, que pasó por una crisis donde la soledad y la posibilidad de ser padre lo llevaron a retirarse. Aunque él no lo mantuvo, valora el celibato y lo considera «una opcion de vida».
Su militancia es contra la obligatoriedad del celibato que impone la Iglesia; hasta el 2014 fue vicepresidente del movimiento mundial de Sacerdotes Casados y cree que tienen llegada a Francisco «aunque por ahora no vaya a cambiar nada». Se identifican como sacerdotes porque «el sacramento nunca se borra», es el ejercicio público del ministerio lo que se abandona.
Entre los ex curas hay uno que prefiere mantener su identidad reservada. Él es uno de los que esperó estar fuera del clero para darse la posibilidad de enamorarse. Las cartas de Juan Pablo II son para él un «índice de amor humano, no de una relación erótica, pero sí de un amor de predilección».
En el vuelo papal de México a Roma, a Francisco le preguntaron sobre «la intensa relación» de Juan Pablo II con la filósofa, según describió la BBC. «Una amistad con una mujer no es pecado. Es amistad», respondió el Papa. Y terminó con una reflexión: «No hemos entendido totalmente el bien que una mujer puede hacer a la vida del cura y de la Iglesia, en un sentido de consejo de ayuda, de sana amistad».
Aunque el documental sembró dudas sobre la vida íntima del Papa polaco, la discusión central derivó en el tan cuestionado y poco consensuado tema de fondo: el celibato. Todos los ex curas consultados coinciden en que en el corto plazo, no habrá cambios en el voto del celibato. «Aunque hay gestos saludables, creo que por mucho tiempo no se va a dar», concluye Guillermo.