El Papa envió recientemente un Rosario de regalo a la dirigente social detenida Milagro Sala, gesto que fue interpretado como un apoyo político a la titular de la organización Tupac Amaru
El papa Francisco mantuvo hoy una audiencia privada de 22 minutos con el presidente argentino, Mauricio Macri, que llegó al Vaticano hacia las 09:30 horas. El presidente argentino, que llegó acompañado por una comitiva de una decena de personas, entre ellas su esposa, Juliana Awada, vestida de negro y que se puso sobre la cabeza una mantilla negra para el encuentro papal, se quedó a solas con el pontífice desde las 09:39 en la Biblioteca papal.
«Buenos días, señor presidente», dijo el papa a Macri, quien respondió «¿Cómo le va Francisco? Un gusto» antes de que el pontífice le indicara la puerta de la Biblioteca, en donde estuvieron hasta las 10:01 locales (09:01 GMT).
El encuentro fue muy protocolario. Macri sonrió al saludar al Papa, pero el Sumo Pontífice nunca le sonrió al mandatario, según pudo constatar LA NACION durante la parte pública de la audiencia.
Después de la audiencia, el Papa le regaló a Macri el nuevo medallón del Vaticano, decorado con un olivo que simboliza la unidad, la exhortación apostólica «Evangelii Gaudium» y la encíclica Laudato si’. Por su parte, Macri le regaló una cruz de Matará, un poncho y 12 discos de música argentina.
Según ratificaron a LA NACION fuentes oficiales, se procuró poner en marcha con el Santo Padre una relación de «respeto, sobria e institucional». Se buscó despolitizarla y marcar, así, una diferencia con su antecesora la ex presidenta Cristina Kirchner.
El Presidente buscó transmitirle al Sumo Pontífice sus objetivos: pobreza cero, vencer al narcotráfico y lograr la unión de los argentinos. Tras la reunión, Francisco se tomó una foto con toda la comitiva. Por su parte, y la delegación argentina se reunió con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin.
Además, Macri participará hoy de dos encuentros informales: con el primer ministro italiano, Matteo Renzi (8 hora de Argentina), y luego con el presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella (13.30 hora de Argentina).
La relación entre el Papa y Macri estaba marcada por dos desencuentros: a fines de 2009, el líder del Pro decidió no apelar un fallo judicial que habilitó el casamiento de la pareja conformada por Alex Freyre y José María Di Bello y eso causó un fuerte revuelo en la Iglesia. Días después, Macri y Bergoglio mantuvieron una reunión en la que buscaban reconciliar posiciones, pero nada de eso ocurrió.
La tensión entre ambos volvió a sentirse en septiembre de 2012, cuando el gobierno porteño decidió reglamentar el protocolo habilitante para los abortos no punibles en el ámbito de la Ciudad. Otro tema sensible para el cardenal.
A su vez, el Papa envió recientemente un Rosario de regalo a la dirigente social detenida Milagro Sala, gesto que fue interpretado como un apoyo político a la titular de la organización Tupac Amaru.
(RD/Agencias/La Nación)