No es Su Santidad ni es el Cardenal ni es nadie que va a ungir a los gobernantes de un país dentro del Estado moderno actual
(Israel González Espinoza, corresponsal de RD en Nicaragua).- Respuesta. El gobierno de Nicaragua presidido por Daniel Ortega tardó menos de 24 horas para responder, por medio del magistrado Francisco Rosales, presidente de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), al comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), donde pedían que las elecciones generales de noviembre se realizaran bajo los márgenes de transparencia, competitividad y pluralismo ideológico. Así mismo, los Obispos pidieron que los comicios tuvieran la participación de observación nacional e internacional.
En una conferencia de prensa, el magistrado Rosales, acompañado del resto de magistrados de la Sala Constitucional arremetió contra la cúpula empresarial, contra la Iglesia y en especial contra el Obispo auxiliar de Managua, el carmelita descalzo Silvio José Báez, a quienes tildó de ser «activistas políticos».
La semana pasada, la Sala Constitucional de la CSJ estuvo en la mira de la opinión pública del país debido a una cuestionada decisión del tribunal que despojó a la oposición nicaragüense aglutinada en la denominada Coalición Nacional por la Democracia (CND) de la representación legal de la casilla 13, para entregársela a un grupo político ajeno de la CND.
Dicha decisión fue criticada dentro del país por el empresariado, los políticos de diferentes tendencias ideológicas que integran la CND y por varios obispos, entre ellos el Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua. Brenes, aseguró al diario La Prensa de Managua que la decisión de la CSJ repercutiría negativamente en los comicios.
En tono airado y molesto, Rosales acusó a los Obispos de Nicaragua de hacer proselitismo político. El funcionario del Poder Judicial de Nicaragua, después de despotricar contra la Iglesia, hizo galas de sus conocimientos en historia y derecho para expresar que la Iglesia no «unge» gobernantes en un estado moderno.
«Cuando pierde el poder temporal el Papa y surge el Estado moderno desaparece la concepción teológica del poder y el Papa deja de ungir al gobernante, el Estado moderno y la República le ponen fin a la monarquía y le abre paso a una sociedad moderna como la que vivimos, no es Su Santidad ni es el Cardenal ni es nadie que va a ungir a los gobernantes de un país dentro del Estado moderno actual», expuso el magistrado Francisco Rosales entre gesticulaciones y clara molestia.
Rosales fue más allá y siguió cargando comentarios subidos de nivel contra la Iglesia, a la que acusó de ser la institución «más anti democrática» del mundo. También despotricó contra el Obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio José Báez.
«¿Qué hace (Monseñor) Silvio Báez cuando sale dando declaraciones sobre esto (decisión de la CSJ)? Hace actividad política, pero no voy a entrar en una discusión con la Iglesia, pero si hay alguien más antidemocrático en el mundo por excelencia, es la Iglesia católica», expresó visiblemente molesto el magistrado Rosales.
Para muchos sectores del país, las palabras virulentas del magistrado Francisco Rosales son la respuesta del Ejecutivo de Ortega, que, al no poder reaccionar directamente al pronunciamiento de la Iglesia, lo hizo por medio de uno de sus operadores políticos asentados en otro poder del Estado.
Si bien, el gobierno de Daniel Ortega (que cumplirá 10 años de estar en el poder en 2017) reaccionó con molestia al pronunciamiento de la Iglesia en favor de la democracia, otros sectores y personalidades respaldaron a la institución y a Monseñor Báez, ante los ataques del magistrado Francisco Rosales.
«No se vale hablar tanto de Dios e ignorar a su Iglesia. Clara posición de Conferencia Episcopal merece respeto y atención», aseguró en Twitter la escritora y poetisa feminista Gioconda Belli.
«Francisco Rosales acusa a obispos de ser activistas políticos. Eso no es problema. Que él, siendo magistrado, lo sea, eso sí es grave» señaló en ése mismo sentido la ex guerrillera sandinista Dora María Téllez, quién ahora es opositora a Ortega y es miembro de la CND.
Por su parte el periodista Luis Sánchez Sancho, editorialista del diario La Prensa señaló en un artículo que «Los obispos, como cristianos que son están acostumbrados a esos desvaríos del poder. No van por ello a renunciar a su misión pastoral de proclamar la verdad».
Este suceso es el último de los encontronazos entre la Iglesia y el gobierno de Ortega en 10 años, entre otras razones; por los excesos de Ortega en el poder, y el empeño de la Conferencia Episcopal de Nicaragua por mantenerse firme en la defensa de la democracia, los derechos humanos y la denuncia profética.