El país demanda urgentemente de sus autoridades y de todos los sectores movilizados predisposición sincera y capacidad de diálogo responsable
La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) expresó su indignación por la violencia desencadenada por el conflicto con cooperativas mineras que derivó en el asesinato por golpes del viceministro de Régimen Interior, Rodolfo Illanes, y la muerte por heridas de bala de al menos dos mineros.
«La muerte de todo ser humano es un grito que clama al cielo. Más aún cuando esa muerte no es inevitable, sino provocada por la confrontación y la violencia entre seres humanos. Los Obispos de Bolivia volvemos a elevar nuestra voz de dolor, indignación y denuncia por la espiral de violencia que envuelve a nuestro país en estos momentos y que ya ha cobrado la vida de al menos, tres hermanos bolivianos, además de numerosos heridos, entre policías y mineros cooperativistas», así comienza el pronunciamiento de la Iglesia Católica a través de los Obispos.
Reunidos en un retiro espiritual, pero atentos a los que sucede en el país, los Obispos piden que la violencia se detenga, «no podemos ceder irresponsablemente a la lógica perversa de la violencia, con presiones irracionales, agresiones criminales, confrontaciones y represalias».
«En nombre de Dios, ¡deténganse!, no podemos ceder irresponsablemente a la lógica perversa de la violencia, con presiones irracionales, agresiones criminales, confrontaciones y represalias», señala el comunicado.
Agrega que el país «demanda urgentemente de sus autoridades y de todos los sectores movilizados predisposición sincera y capacidad de diálogo responsable».
Según la Iglesia católica, la Justicia boliviana tiene la obligación de aclarar «con transparencia, idoneidad y objetividad» las muertes y agresiones ocurridas en los últimos días.
«Los crímenes que han sucedido tienen autores individuales, por más que intenten esconderse detrás del anonimato grupal. Llamamos a la conciencia personal de los que los han cometido para que asuman su responsabilidad penal y moral«, agrega la nota.
Asimismo, instan al diálogo urgente entre las partes. «El país demanda urgentemente de sus autoridades y de todos los sectores movilizados predisposición sincera y capacidad de diálogo responsable».
Por otro lado, manifiestan que la administración de justicia tiene en sus manos una gran responsabilidad para esclarecer las muertes y agresiones con transparencia, idoneidad y objetividad. «Los responsables deben ser identificados a fin de que asuman las consecuencias de sus actos. Los crímenes que han sucedido tienen autores individuales, por más que intenten esconderse detrás del anonimato grupal».
Cierran su pronunciamiento señalando que «acompañamos con nuestras oraciones especialmente a las familias de los fallecidos y heridos, para que encuentren el consuelo y sean confortados en la justicia y al Dios de la Vida para que acoja en la Vida Eterna a los que han muerto».
(RD/Agencias)