La ONU maneja una verdadera red de intereses económicos que ha hecho de la sexualidad humana su principal mercado, sin importar que con ello llegue a la cosificación y degradación moral de la person
(Siame).- El Padre Hugo Valdemar, portavoz del arzobispado de México, que dirige el cardenal Rivera Carrera, acusa, en entrevista a Siame, que «la Onu es la gran promotora de la dictadura gay y de la ideología de genero en el mundo». Asegura que no tiene «autoridad moral», que actúa de forma «perversa» y que es un «instrumento del colonialismo americano».
Hace unos días, la Organización de las Naciones Unidas condenó lo que, según ella, han sido reiteradas expresiones de odio, intolerancia y discriminación contra el colectivo lésbico-gay, acontecidas en las últimas semanas, ¿qué opinión le merece este pronunciamiento?
La Iglesia, en su Catecismo, también reprueba todo odio y discriminación contra las personas con atracción al mismo sexo. Pero resulta que el odio y la discriminación hacia el colectivo lésbico-gay no ha estado presente de nuestra parte. De hecho, no han podido demostrarnos ni un solo acto de odio; por el contrario, la Iglesia y las asociaciones de padres de familia hemos sufrido un verdadero linchamiento mediático; baste ver las columnas de supuestos intelectuales y líderes de opinión en los medios, que han utilizado más de una docena de adjetivos ofensivos: «inquisidores», «retrógradas», «fanáticos», «mochos», «hipócritas», «trogloditas», «pederastas», «oscurantistas», «irracionales» y «estúpidos», entre otros. Así pues, ¿Quiénes son los que odian? ¿Quiénes son los intolerantes? ¿No estamos en México ante una escandalosa discriminación por ideas y principios religiosos? ¿Dónde está la actuación de la CONAPRED y la COPRED?, ¿por qué no intervienen estas instancias? ¿Por qué la ONU no condena esta ola de intolerancia religiosa?
Siendo tan claro el odio y la discriminación religiosa por parte del colectivo lésbico-gay, ¿por qué la ONU culpa a la Iglesia de lo que en realidad ésta es víctima?
La ONU actúa de forma escandalosamente irresponsable y perversa, haciendo víctimas a quienes en realidad han sido victimarios. Además, una instancia tan desacreditada no tiene ninguna autoridad moral para hacer este tipo de señalamientos. Condenar las marchas de padres de familia que defienden pacíficamente el Matrimonio natural y sus valores, es una estrategia diabólica por parte de la ONU para desacreditar a quienes tienen todo el derecho de expresarse libremente conforme a sus principios morales y religiosos. Al hacer esta condena, la ONU se desenmascara, muestra su verdadera cara, es la gran promotora de la dictadura gay y de la ideología de género; ha presionado a todas las naciones -sobre todo a las más pobres- para que legislen leyes inmorales que a la larga destruirán a las familias.
Atrás de los supuestos derechos reproductivos y sexuales, la ONU maneja una verdadera red de intereses económicos que ha hecho de la sexualidad humana su principal mercado, sin importar que con ello llegue a la cosificación y degradación moral de la persona. El aborto es su negocio más nauseabundo, ¡y no se diga la venta de anticonceptivos! Era de esperarse que esta institución perversa saliera a condenar a los padres de familia porque, actualmente, junto con la Iglesia Católica, son su principal obstáculo para llevar a cabo sus planes. Por eso buscan secuestrar la patria potestad de los padres, y desprestigiar y calumniar a la Iglesia.
¿Le sorprende que la ONU salga a defender a la CONAPRED y la COPRED?, instituciones a las que usted ha denunciado como inquisidoras y represoras.
No podía ser de otro modo. Esas instituciones no están para prevenir la discriminación, sino para implementar la dictadura gay y la ideología de género en nuestro país. Actúan como una nueva inquisición, una especie de Gestapo que vigila a las personas y censura toda idea que disienta de la cultura gay, la cual promueven sin recato bajo la bandera de la tolerancia. A la ONU se le aplica el dicho de que «El que paga manda», y como son los Estados Unidos sus principales sostenedores, pues es obvio que esté a sus órdenes.
La ONU no tiene independencia ni autoridad moral porque es un instrumento más del colonialismo americano, que ahora busca imponer la dictadura gay y la ideología de género. Por eso tampoco sorprende que la embajada americana, principalmente su embajadora, sea una activista en favor de estas causas, por ejemplo, asistiendo a las marchas del llamado orgullo gay, cometiendo así una grosera intervención en la soberanía del país, sin que el gobierno tenga el valor de ponerle un alto.
Usted ha enviado su respuesta al requerimiento que le hizo la CONAPRED, ¿qué nos puede decir al respecto?
El requerimiento enviado por la CONAPRED a unos 15 obispos y a mí, no es más que una actitud intimidatoria para quienes, ejerciendo nuestro derecho de libertad de expresión y de credo, hemos manifestado abiertamente oposición a los mal llamados matrimonios igualitarios. Ninguno de los acusados usó jamás un lenguaje de odio y discriminación; por ello, resulta escandaloso que tanto la CONAPRED se ponga a las órdenes de colectivos lésbico-gay para iniciar una verdadera persecución, muy soterrada, por supuesto, pero en el fondo su intención es inhibir la voz de los pastores, a fin de que no denuncien el pecado, la maldad y la perversidad. Quieren prohibirnos que ejerzamos nuestro ministerio y que enseñemos nuestra doctrina; quieren que mutilemos las enseñanzas de Jesús y la Sagrada Escritura, pero no lo conseguirán, porque con sus propias normas y leyes podemos revertir su inquisición como odio religioso, porque lo que están haciendo es una clara discriminación religiosa y una represión a la libertad de expresión.