Los restos de Viroche fueron enterrados y luego exhumados por orden judicial, para profundizar la investigación sobre las causas de su muerte y como el caso aún cerrado la tumba no tiene placa ni identificación
«Esto no se puede tolerar y tampoco repetir», aseguró el fiscal Diego López Ávila al confirmar que le envió un oficio al jefe de Policía Dante Bustamante para que sancione a los efectivos de la Policía Científica que habrían tomado y habrían viralizado las imágenes del cuerpo del padre Juan Viroche, que fueron tomadas en la iglesia de Nuestra Señora del Valle de La Florida.
Las fotos fueron tomadas minutos después de que encontraran al sacerdote ahorcado. Por ese motivo, las sospechas del fiscal se centraron en contra de los peritos de la fuerza, que fueron los que estuvieron en ese momento en el lugar.
Esas imágenes comenzaron a circular el último fin de semana. Sin embargo, desde el miércoles por la tarde comenzaron a ser viralizadas a través de las diferentes redes sociales, aunque fue a través de WhatsApp por dónde más se la transmitió.
Según trascendió, López Ávila le pidió al jefe de Policía que le informara quiénes fueron los responsables de haber viralizado las imágenes y cuál fue la sanción que se les aplicará por haberlas difundido en diferentes redes sociales.
«También es importante preguntarse qué ganó la persona que la recibió y la reenvió a otro contacto. ¿Cuál es el sentido de hacer algo así? La verdad es que no entiendo cuál es el sentido de haberlo hecho. Parece que a nadie le importa el dolor de la familia del sacerdote», aseguró López Ávila.
«Primero se debe repudiar a la persona que divulgó esas imágenes y a todas aquellas que la reenviaron, puesto que están atentando contra la moral y la memoria del padre Viroche», aseguró Paul Hofer, secretario de Seguridad de la provincia. «Y sobre el planteo del fiscal, me parece perfecto que lo haga. Hay que encontrar a los culpables de haber cometido semejante atropello a una intimidad que afecta a la familia del cura», agregó.
El funcionario confió que él recibió las imágenes y que inmediatamente le pidió a Bustamante que investigara cómo se habían filtrado. «No vamos a tolerar conductas como estas entre el personal de la fuerza», concluyó.
Hasta el momento, López Ávila tiene indicios de que el sacerdote no fue víctima de un crimen, sino que se suicidó. Aún tratan de establecer si fue por decisión propia o si fue obligado a hacerlo, ya que quedó comprobado que recibió amenazas.
Los investigadores no saben quién fue el o los autores de esos mensajes. Sospechan que podrían haber sido los hombres que él denunció por vender drogas en diferentes localidades del este tucumano. La otra hipótesis que se maneja es que está relacionado a la vida sentimental del sacerdote.
Esta no es la primera vez que la investigación se complica por la aparición de imágenes. Estas, por ejemplo, fueron utilizadas por los sectores que no creen que el sacerdote se haya querido quitar la vida.
Por otra parte, el fiscal dirigió el jueves la última inspección en la parroquia de La Florida. Lo hizo acompañado por el criminólogo Raúl Torre, que fue contratado por la Corte Suprema de Justicia para que diera su opinión sobre el caso. Cabe aclarar que los especialistas de Gendarmería Nacional ya avalaron el trabajo que desarrolló la Policía Científica.
Torre, uno de los especialistas más importantes en la materia del país, pidió expresamente visitar la parroquia para poder sacar mejores conclusiones de lo que ocurrió allí. El trabajo que desarrolló el profesional fue supervisado por Pedro Arturo Escobar, representante de la familia Viroche.
Luego de haber realizado esta inspección, la Justicia autorizó a los parientes a retirar las pertenencias del sacerdote de la casa parroquial y de la iglesia. Esos objetos fueron entregados al abogado y a los familiares.
López Ávila confirmó además que, al haber concluido todas las pericias en el lugar, la parroquia volverá a abrir sus puertas luego de más de dos semanas. No se confirmó aún cuando se celebrará el primer oficio religioso que, en un principio, será realizado por el padre Enzo Romero, elegido como reemplazante de Viroche.
Por otro lado, una campaña a través de las redes sociales iniciaron vecinos, fieles y amigos del sacerdote Juan Viroche, para que se construya una tumba «digna» al cura que apareció muerto el 5 de octubre último en la casa parroquial de La Florida, ubicada a unos 70 kilómetros al este de la capital tucumana.
Sergio Molina, uno de los jóvenes que impulsa la iniciativa, denunció que el sacerdote fue enterrado en un pasillo del cementerio en condiciones precarias y advirtió que ante una lluvia fuerte el cajón puede quedar expuesto en la superficie.
«Es triste ver la obra del padre Juan y encontrarlo así hoy tirado», dijo y explicó: «por eso hicimos la movida en facebook para pedirle autorización a la familia y construir el monumento».
Explicó que a la iniciativa se sumó la comunidad local, que ya ha ideado un proyecto para construirle el monumento y además cuentan con albañiles para concretar la obra.
Recordó que cuando Viroche estaba al frente de la parroquia la comunidad lo acompañaba y ahora sufre al ver el estado de total abandono de la tumba en el cementerio de Cevil Pozo, departamento de Cruz Alta, Tucumán.
Los restos de Viroche fueron enterrados y luego exhumados por orden judicial, para profundizar la investigación sobre las causas de su muerte y como el caso aún cerrado la tumba no tiene placa ni identificación, según dijeron en el cementerio local.
Los restos del sacerdote fueron llevados a esa necrópolis porque allí está sepultada la familia paterna del cura. Algunos vecinos señalan que tiene responsabilidad el Arzobispado de Tucumán en la construcción de una tumba, aunque hasta el momento no ha opinado al respecto.
Mientras esperan que prospere la iniciativa para la construcción de una tumba digna a Viroche, los vecinos y fieles siguen colocando diariamente flores y velas en la precaria tumba del sacerdote.
(Rd/Agencias)