Necesita ser profética y denunciar las causas que hieren y magullan al ser humano y destruyen la biodiversidad en la región. Es necesario ir a la raíz del problema
(Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en Brasil).- Durante esta semana, de 19 a 21 de diciembre, se ha reunido en Manaos el Comité Ampliado de la REPAM-Brasil (Red Eclesial Pan-Amazónica). El objetivo de este encuentro de trabajo era evaluar todo lo realizado a lo largo de 2016 y programar las actividades que deben tener lugar en el año entrante.
La reunión ha tenido lugar en un clima nacional y mundial donde es difícil vislumbrar elementos positivos, pues diferentes plagas, como la guerra, la corrupción, la violencia o las migraciones forzadas, están asolando la vida de la gente. Todo esto es consecuencia de la pérdida de valores de referencia, lo que está afectando a la vida y dignidad humana, así como a las especies animales y vegetales, cada vez más amenazadas por la destrucción incontrolable a la que se ve sometida la región amazónica.
Los más prejudicados son los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales, que siempre fueron un ejemplo de convivencia dentro de la Casa Común, y que hoy se ven excluidos, discriminados y obligados a refugiarse, en precarias condiciones de vida, en las periferias de las grandes ciudades.
Son personas concretas, imágenes del Dios encarnado, como ha señalado Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la REPAM, quien enftiza que el papel de esta Red debe ser el de «articular las fuerzas de la Iglesia en un camino progresivo en la defensa de la Casa Común y de los pueblos».
A lo largo de 2016, tarea que será continuada em 2017, la REPAM ha organizado Seminarios sobre la Laudato Si, llegando a la conclusión de que lo importante es acompañar a los sujetos prioritarios de su acción evangelizadora, defendiendo la vida, territorios y derechos humanos de los pueblos tradicionales amazónicos y enfrentando, a la luz de una Ecología Integral, el modelo de explotación predatorio, concretizado en los mega-proyectos.
Las palabras de uno de los grandes defensores de la Amazonia y de la vida de sus pueblos a lo largo de los últimos 50 años, Monseñor Erwin Kräutler, obispo emérito de la Prelatura del Xingú, largamente perseguido por sus palabras y actitudes proféticas y presente em este encuentro, pueden servirnos como elemento de reflexión: «La Iglesia de la Amazonia necesita ser samaritana y profética. Sí, samaritana para curar las heridas, cuidar de los magullados. Pero, sobre todo, necesita ser profética y denunciar las causas que hieren y magullan al ser humano y destruyen la biodiversidad en la región. Es necesario ir a la raíz del problema»
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