Hay testigos amenazados, víctimas que recién ahora se animan a declarar y tienen miedo que los liberen
(J. B./Valores).- El cura Nicola Corradi, principal acusado de las violaciones a chicos sordos tanto en Italia como en Argentina, permanecerá en prisión domiciliaria debido a su delicado estado de salud.
Según el procurador de la Corte de Mendoza, Alejandro Gullé, el sacerdote será alojado en un domicilio particular, perteneciente a una familia de ancianos de Mendoza, después de que se le detectara un profundo deterioro en su estado de salud durante las semanas que pasó en prisión.
El fiscal Gustavo Stropiana dispuso que, por la gravedad de las denuncias, el cura deberá permanecer con custodia y pulsera electrónica para monitorear sus movimientos y evitar que escape. El otro sacerdote, Horacio Corbacho, de 56 años, permanecerá en la cárcel de Boulogne Sur Mer de Mendoza.
Los informes médicos forenses han informado de un significativo descenso del peso y un notable deterioro de su salud«. Además, el sacerdote tiene un glaucoma en su ojo derecho que le impide totalmente la visión, hipertensión arterial, leve sordera e incontinencia.
En diciembre, la defensa de Corradi había pedido continuar el arresto del cura en la sede del instituto católico en Luján de Cuyo, la misma escuela albergue donde los más de 40 testigos han declarado que se cometían las violaciones, abusos sexuales y corrupción de los chicos y adolescentes internados, algo que la Justicia no ha permitido. «Corradi se alojará en un domicilio ofrecido por la defensa que no puede ser informado, pero no es el Próvolo», dijo la Procuración en un escueto comunicado.
El abogado de las familias víctimas, Sergio Salinas, integrante de la ONG Xumek, sostiene que ambos religiosos deben seguir tras las rejas: «Hay testigos amenazados, víctimas que recién ahora se animan a declarar y tienen miedo que los liberen», explicó Salinas.