La reunión ha servido para poner en común la realidad de los diferentes países en todo lo que hace referencia a la trata de personas, así como las acciones que son llevadas a cabo por cada una de las redes
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(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- La Vida Religiosa ha asumido el combate a la Trata de Personas como una de sus prioridades. En este sentido, el impulso y el ánimo del Papa Francisco supone un estímulo a más para no desfallecer en el empeño de acabar con una de las lacras que asolan la sociedad contemporánea.
Este último fin de semana, 18 y 19 de febrero, se ha reunido en Bogotá la Comisión Trata CLAR (Confederación Latino Americana de Religiosos), de la cual forman parte representantes de las diferentes redes latinoamericanas que combaten la trata de personas en la región.
Estaban presentes las coordinaciones de la Red Ramá, presente en Centroamérica, una región marcada por la trata de migrantes, inclusive niños, que sufren explotación de todo tipo, especialmente explotación sexual y trabajo forzado, en busca del sueño americano. Igualmente estaban presentes dos religiosas, una de Argentina y otra de Perú, que forman parte de la Red Kawsay, y que hacen un trabajo de prevención en la Región Sur de América Latina.
Representando a Colombia estaba la Red Tamar, un país donde tras un supuesto acuerdo de paz, enfrenta problemas relacionados con la explotación en el mundo del trabajo, la prostitución y, sobre todo, el tráfico de niños. Finalmente, la Red Un Grito por la Vida, ha representado a Brasil, donde la situación política, que cada vez amenaza más los derechos sociales de la población y ha provocado el debilitamiento o inclusive la supresión de las secretarías que trabajaban en este campo, ha hecho aumentar los delitos relacionados con la trata de personas.
La reunión, como señala la coordinadora de la Red Un Grito por la Vida, la religiosa brasileña, Eurides Alves de Oliveria, ha servido para poner en común la realidad de los diferentes países en todo lo que hace referencia a la trata de personas, así como las acciones que son llevadas a cabo por cada una de las redes. Todo ello en busca de crear estrategias de fortalecimiento para una mejor articulación entre las diferentes redes y encontrar fuentes de recursos que puedan garantizar la continuidad del trabajo.
El encuentro también ha servido como momento de preparación para un Seminario Continental contra la Trata de Personas, que será realizado en Bogotá, de 18 a 20 de agosto del presente año, en el que se pretende que se hagan presentes representantes de todos los países de América Latina y el Caribe. El objetivo de dicho Seminario será fortalecer las redes existentes en las diferentes regiones, así como animar a la Vida Religiosa y a los cristianos laicos que se identifican con estas problemáticas para que formen redes o grupos de actuación contra la trata de personas y las violaciones de los derechos humanos en sus países.
De momento se trata de pequeños grupos que están dando pasos para intentar acabar con esta lacra de la Trata de Personas, sabiendo que no es una problemática que tenga fácil solución. Los implicados en estas tramas, que generan grandes beneficios económicos, son muchos y el combate por parte de las autoridades no siempre tiene el ímpetu necesario.
Sin duda, este instrumento profético que la Vida Religiosa Latinoamericana está queriendo desarrollar a través de las diferentes redes, puede servir a la Iglesia y a la sociedad en general para tomar conciencia de una problemática que no siempre está siendo enfrentada como debería.
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