Ha habido 22 muertes contabilizadas en los últimos 35 días en tres matanzas diferentes vinculadas a la disputa por la propiedad de la tierra en Brasil
(C.D./Agencias).- Durísimo alegato de los obispos brasileños contra el Gobierno Temer. En una nueva nota pastoral, las comisiones sociales del episcopado nacional acusan al poder de hacerle un «juego de poder servil a los intereses de la minoría del capital», no solo menoscabando así los derechos humanos y sociales sino provocando un «asustador» aumento de la violencia rural, que ha cobrado la vida de 22 campesinos solo en el último mes.
Los obispos que integran las comisiones sociales del Episcopado brasileño atribuyeron el «asustador» aumento de la violencia en el campo y del número de matanzas en Brasil a .
La denuncia eclesial de la actual crisis política del país y al aumento del poder de los terratenientes en las instituciones fue hecha en un comunicado conjunto divulgado por cinco comisiones del Episcopado de la Iglesia católica brasileña.En dicho comunicado, los prelados citan las más que una veintena de asesinatos contabilizados en los últimos 35 días en tres matanzas diferentes vinculadas a la disputa por la propiedad de la tierra en Brasil.
«Es evidente de que este agravamiento de los conflictos agrarios en número y violencia tiene relación con la crisis política y con el avance de las fuerzas del agronegocio sobre los poderes del Estado brasileño», asegura el comunicado suscrito, entre otros, por la Comisión Pastoral de la Tierra, el Consejo Indigenista Misionero, el Consejo Pastoral de los Pescadores y el Servicio Pastoral del Inmigrante.
«Los desmadres autoritarios de la cúpula de la República, con su juego de poder servil a los intereses de la minoría del capital, menoscaban los derechos sociales y le restan importancia a los derechos humanos«, agrega la dura nota de los religiosos.
En el comunicado titulado «Sin derecho a la tierra en vida, masacre y muerte indigna», las comisiones del episcopado aseguran que el Estado brasileño extrapoló la falta de respeto a la ciudadanía y a los intereses del pueblo «en una democracia de fachada, cinismo y desfachatez, que se alimenta de desmadres criminales impunes».
Agregan que las manipulaciones de la ley son aprovechadas por las autoridades para justificar los excesos, el descaro en la represión a los pobres y para matarlos.
«Se le niega a los campesinos, a los sin tierra, a los pescadores, a los descendientes de esclavos prófugos, a los indígenas el mínimo de dignidad y cualquier derecho de igualdad, de pertenencia a la humanidad», denuncian las comisiones.
El actual presidente de Brasil, Michel Temer, está acorralado por un escándalo de corrupción y es presionado a renunciar por sectores de un Congreso cuya mayoría de miembros también responde a denuncias por diferentes ilegalidades.
«El fascismo que fermentaba en los subterráneos de las relaciones públicas en Brasil mostró su cara. Es lo que se comprueba en discursos y actos, como las manifestaciones de los representantes de los latifundistas en solidaridad con los policías que practicaron una masacre, que fueron proclamados héroes», agregan los religiosos.
En la nota en que claman por justicia ante la «trágica y asustadora escalada de violencia en el campo», las pastorales sociales detallan las masacres de campesinos de las últimas semanas.
En la primera, en Colniza, municipio del estado de Mato Grosso, 9 colonos fueron asesinados por pistoleros encapuchados el 20 de abril pasado. Nueve días después tres cuerpos fueron hallados carbonizados en una hacienda en la que se registró una matanza en 2015 en el estado de Rondonia.
El 30 de abril un ataque de pistoleros dejó 22 indios heridos en el estado de Maranhao y el 24 de mayo 10 campesinos fueron asesinados en Pau d’Arco, municipio del estado amazónico de Pará, en una supuesta operación policial que despertó varias dudas.
Según las comisiones del episcopado, los casos muestran una barbarie generalizada provocada por la disputa por la tierra que se ha agravado en los últimos tres años.
De acuerdo con las estadísticas del propio episcopado, la violencia rural en 2017 ya supera en números a la de 2016, cuando fueron asesinadas 33 personas en un año con un número récord de disputas por la tierra (1.079), casi tres por día. En sólo cinco meses de 2017 ya se contabilizan 37 homicidios.